Mujeres de La Araucanía, Guardianas de la Tierra y de la Vida, Transmisoras de Sueños, Creadoras de Esperanza

L@S ESTUDIANTES DE CHILE NO ESTAN SOL@S

DECLARACIÓN PÚBLICA

LOS ESTUDIANTES DE CHILE NO ESTÁN SOLOS


Los estudiantes de Enseñanza Media no están solos. Luego de estremecer al conjunto de la sociedad chilena, encabezando movilizaciones históricas por el mejoramiento de la educación pública y el fin de la enseñanza de mercado, en la actualidad algunos municipios, con el respaldo del Gobierno, criminalizan a los jóvenes y los expulsan de sus establecimientos, recordando los peores años de la dictadura.

Frente al abuso de poder de las autoridades, los padres y apoderados, y las organizaciones sociales y ciudadanas rechazan la represión y el acoso contra un movimiento estudiantil que ha tenido la valentía e inteligencia para denunciar las tremendas desigualdades sociales que se expresan en el sistema escolar chileno.

Hoy son amplios sectores de la sociedad los que emplazan al Gobierno a detener la ola de arbitrariedades y sanciones contra los jóvenes movilizados, quienes luchan por un futuro con mejores perspectivas y se la juegan por un país más democrático, justo y equitativo.

Ante la represión desplegada contra los estudiantes, un conjunto de dirigentes sociales, sindicales y de Derechos Humanos; allegados y deudores habitacionales, trabajadores, padres y apoderados, junto a los jóvenes estudiantes, convoca a una masiva concentración este jueves 26 de octubre, a las 18:00 hrs., en la Plaza Italia, en solidaridad con los jóvenes sancionados, por una educación pública de calidad para Chile y por la derogación de la LOCE.

Octubre 23 de 2006
Aquí se construye Poder Feminista
ENCUENTRO NACIONAL FEMINISTA
24 al 27 de Junio, 2005
Olmué, V Región, Chile


¿ELEGIMOS CÓMO VIVIR O NOS ELIGEN? OPINION

¿Elegimos cómo vivir o nos eligen?
Los fructíferos artículos de M. Antonieta Vera y Alejandra Botinelli, en la sección Opinión de feministastramando.cl, me motivan a escribir estas líneas sobre asuntos que considero no resueltos en el pensamiento - praxis feminista por ser justamente nosotras, las mujeres, producto de las socializaciones que cada época requiere y por tanto mayoritariamente agentes y creadoras de las mismas interpretaciones que refuerzan tal socialización.

Hoy “lo público” como activa participación laboral/social/política es el ámbito valorado por todos para todos.. allí tenemos que estar las mujeres, en ese “todos” público validado socialmente para cualquier persona, sea hombre o mujer. La división que persiste con el ámbito privado (hogar, familia, afectos, pareja, domesticidades) es lo que me obliga a re-mirar nuestras miradas. Ámbitos cuyas valoraciones diferenciadas nos hablan precisamente de valores dominantes: del valor del dinero y la productividad, del éxito laboral, profesional, social, de la independencia, la autonomía, la realización personal (palabras en uso), mujeres modernas al fin y al cabo.
¿Decidimos cómo vivir? ¿Puede una mujer elegir un espacio u otro sin los costos y las críticas que tal elección implica?, ¿puede y quiere una mujer joven criar sus hijos e hijas a la vez que se forma y desarrolla como persona en la dirección que ella misma, con o sin pareja, va definiendo?

Los hechos muestran que crece el porcentaje de mujeres que se acercan a los 40 años de edad sin tener hijos, tampoco pareja en muchos casos. Una elección condicionada. Los países nórdicos son una buena muestra de los problemas demográficos que se les presentaron con este modelo de sociedad cuyos conceptos de desarrollo están asentados en la división público-privado a costa de las propias mujeres; también de los hombres que se empobrecen en otros sentidos.

En esos países (donde la empleada doméstica no existe) hubo que dar respuestas concretas a realidades que en países como el nuestro recién comienzan. ¿Se trata de repetir soluciones o de ver en conjunto en qué tipo de sociedad queremos vivir? Por su parte, la evidencia permanente de la violencia sexual que afecta a un enorme porcentaje de mujeres en todo el mundo, mayor en África, Asia y América Latina (violencia física, psicológica y otras formas abiertas y sutiles que se ejercen en los ámbitos públicos y privados), es indicador del estado del arte: actúa a la vez sobre todas las mujeres, aunque no se la reconozca. Lo mismo que hacen las dictaduras, no necesitan matar o desaparecer a todo el mundo para imponer su poder por la fuerza.

Coincido con otras en que la igualdad, la equidad, la paridad o como quiera nombrarse a este principio de justicia, no es posible en sociedades patriarcales como las que seguimos reproduciendo. Más aún, la igualdad de oportunidades como sinónimo de actividades y funciones similares para hombres y mujeres en lo laboral y en lo político-público, intentando la misma valoración material y simbólica, lleva a la sinrazón de celebrar como un logro la participación creciente de mujeres en las fuerzas armadas.
La igualdad de oportunidades no es neutra. No se cuestionan los para qué de tal participación u otra en tanto garantes y reproductoras de un sistema generador de desigualdad, peor aún el caso de las fuerzas armadas, expresión de una cultura de muerte que dirime diferencias y conflictos basándose en la capacidad de disuasión con millonarios recursos del país vuelto armamento, a costa de recursos para la vida como lo son la salud, la alimentación, la vivienda, la educación, ámbitos donde se desenvuelve una mayoría de mujeres. “Sujeto político” como “sujeto ético” antes que el “sujeto de derecho” de la tradición occidental, es lo que retoma Maurizio Lazzarato en sus lúcidos análisis sobre política y movimientos sociales. Pienso que el feminismo, los feminismos, tienen mucho que hacer y decir al respecto.

No está demás recordar que el patriarcado es UN tipo de organización social, no el único, que tiene unos 10.000 años de existencia y que se hizo global con la internacionalización de un modelo económico que no es sino la expresión concreta y perfeccionada de sus principales valores: el individualismo, la competitividad, la jerarquía, la autoridad asentada en el autoritarismo. Tampoco está demás recordar que ha habido otras formas de organización social donde los principios de la cooperación y la solidaridad están al centro. En Creta hace 8000 años no había armas, sí instrumentos de labranza, y las deidades eran femeninas no porque hubiese matriarcado, la otra cara del patriarcado, sino porque representaban los principios de la vida, la matriz, el origen. De allí el nombre de sociedades matrísticas o gilánicas, de gyn, giné, femenino y an, andros, masculino, ambos en función de la vida. No separados, opuestos, jerarquizados por las valoraciones desiguales que se les asignan, como ocurre en nuestra cultura.

Aquí género es sinónimo de casta, decía Julieta Kirkwood. Obligatoriamente tienen que surgir los conceptos de ‘incorporación’, de discriminación y acción positiva, los planes y programas de igualdad, de equidad, paridad. ‘In-corporar’ a la mitad de la humanidad a un mundo malhecho obliga a contraerse, a constreñirse, a ajustar cuerpos y deseos. In-corporarse, insertarse, integrarse, lenguajes que hablan de no-lugar. Decía Julieta en los 80 que una tarea feminista principal es negar la división entre público y privado. “Nos encontramos con la imposibilidad teórica y actual de la igualdad, en un mundo diferenciado por la naturaleza del trabajo productivo y del trabajo doméstico”.. “..el feminismo rechaza la posibilidad de realizar pequeños ajustes de horarios y de roles al orden actual, pues eso no sería otra cosa que la inserción a un ámbito-mundo ya definido por la masculinidad... se trata entonces de un mundo que está por hacerse y que no se construye sin destruir el antiguo” (o desprenderse, si les parece mejor).

Mundo privado y trabajo doméstico es mucho más que “lo doméstico”: reproducción cotidiana de la vida, reproducción material y simbólica de la cual nos hacemos cargo principalmente las mujeres y que se extiende al trabajo remunerado que realiza la mayoría: un poder para la transformación, no para perpetuar lo existente. Dicho esto, sería interesante hacer un seguimiento a la carrera que imparte la Universidad de Los Andes para señoritas que quieren hacer un solo mundo en sus vidas, con marido y bien remuneradas. Se trata de carrera nueva. Profesionaliza lo que ha sido casi el sino de las mujeres. Dada la experiencia acumulada, contendrá más que unos cuantos tips para resolver trabajo remunerado/pareja-familia, ecuación irresuelta. En una de esas terminan también con la violencia femicida y se convierten en mujeres plenamente realizadas, felices, un modelo para otras, ¿quién sabe? (dinero hay que tener, eso sí, para sevicio doméstico y demases, con lo cual volvemos al cuasi eterno e irreductible problema del dinero y su distribución, la cuestión de clase, en fin).


El asunto seguirá siendo poder decidir cómo vivir, sin castigos materiales ni simbólicos. No sólo “elegir” en el mundo casi naturalizado del “es lo que es” – “es lo que hay”. Cuestión de democracia, aunque no al estilo de los primeros griegos que nos legaron tal división hasta hoy con sus polis y sus oikos, y a los que se sigue honrando como a los ‘padres’ de la democracia occidental.

1ª CARTA DE CLAUDIA NEIRA, MADRE DE JAVIERA

¿Quién le paga a Margotta?
por Claudia Neira Oportus
Saturday, Jul. 01, 2006 at 9:14 PM
claudia_neira_oportus@hotmail.com (Casilla de correo válida)

Carta a los amigos y amigas, compañeros y compañeras denunciando a Carlos Margotta como abogado defensor del asesino de mi hija Javiera.

¿Quién sería el viento bajo esas alas? ¿Cuántas veces
nuestras alas de ahora se mueven con el puro recuerdo de
aquel viento?. Sólo se mueren los que nunca pudieron hacer
a otros imaginar la eternidad. Ella seguirá moviéndose, como
una diosa de agua, en los recuerdos de quienes la vimos
bailar alguna vez”.
Angeles Mastretta, El mundo Iluminado

Llevo días tratando de escribirles, pensando cómo escribirles. A veces me entrampo en la complejidad del texto, como si a ustedes les importara más la redacción que lo que quiero compartirles. Se que no es así, sé que ustedes han estado conmigo y con mi hija Javiera, se que han estado pendientes, atentos, preguntando y apoyando. Sepan también que gracias a que ustedes han estado es que también yo estoy.

Estamos a pocas semanas de iniciar el juicio oral, un juicio torcido, oculto en argumentos insostenibles, un juicio en que el asesino es defendido por el abogado Carlos Margotta, abogado que dice ser de “izquierda” y “defensor de los derechos humanos”, y que además asume la “rectoría de la Universidad Arcis”, universidad a la que quiero y que fue importante en mi formación. Entenderán que éstas tres características del señor Margotta están directamente vinculadas a mi biografía, casi se podría decir “que somos de los mismos”, pero NO SOMOS DE LOS MISMOS.

Hay una cuestión de vida, de principios, una biografía también compartida con otros y otras, QUE NO SOMOS DE LOS MISMOS DE MARGOTTA, que somos personas, hombres y mujeres que no hemos perdidos los valores, no hemos perdido la creencia en el ser humano, personas que hemos establecido un límite al relativismo, y éste limite es claro en señalar que quien defiende a un asesino de una niña, un femicida, se hace cómplice de ese acto.

Comparto este dolor y esta vergüenza, y ésta pena, ya no sólo es el crimen en contra de las mujeres, el crimen que le arrebató la vida a mi niña, ya no sólo una justicia injusta e impresentable, sino también una defensa jurídica que pretende defender lo indefendible, que pretende decir que asesinar a Javiera tiene una explicación, una razón, que pretende convencer a los jueces que no fue un acto criminal ni asesino. Y quien firma y defiende al asesino es CARLOS MARGOTTA, un hombre que enloda a la izquierda, y a los derechos humanos, un hombre que me provoca vergüenza, un hombre que no tiene nada que ver conmigo, ni con ustedes.
¿Porqué MARGOTTA defiende a este asesino me pregunto a diario?, ¿Qué interés puede tener en permanecer en ese juicio moralmente perdido?, ¿Quién le pidió que asumiera este caso? ¿Quién le paga a MARGOTTA?

Amigos y amigas, compañeros, compañeras, a todas y a todos, a pocas semanas de iniciarse el juicio les pido toda la cercanía posible, el juicio no puede ni debe ser sólo un juicio “jurídico”, el juicio por el asesinato de Javiera debe ser un juicio político, social, histórico y moral.

Los necesito a todos y todas, les pido por favor reenviar éste mail a otras personas que sientan y piensen que basta de impunidad, que a las mujeres, niños y niñas no se nos puede seguir maltratando, violentando, golpeando ni matando.

“….que los que maten…se mueran de miedo”

CLAUDIA NEIRA OPORTUS
Santiago, invierno 2006.

OPINION: ¿Elegimos cómo vivir o nos eligen?


¿ Por medio de un correo electrónico Eliana Largo nos alertó de la publicación de este texto, su opinión, en la página feministas tramando, así que nos tomamos la libertad de publicarla también y considerarla entre nuestras colaboradoras.

"Los fructíferos artículos de M. Antonieta Vera y Alejandra Botinelli, en la sección Opinión de feministastramando.cl, me motivan a escribir estas líneas sobre asuntos que considero no resueltos en el pensamiento - praxis feminista por ser justamente nosotras, las mujeres, producto de las socializaciones que cada época requiere y por tanto mayoritariamente agentes y creadoras de las mismas interpretaciones que refuerzan tal socialización.
Hoy “lo público” como activa participación laboral/social/política es el ámbito valorado por todos para todos.. allí tenemos que estar las mujeres, en ese “todos” público validado socialmente para cualquier persona, sea hombre o mujer. La división que persiste con el ámbito privado (hogar, familia, afectos, pareja, domesticidades) es lo que me obliga a re-mirar nuestras miradas. Ámbitos cuyas valoraciones diferenciadas nos hablan precisamente de valores dominantes: del valor del dinero y la productividad, del éxito laboral, profesional, social, de la independencia, la autonomía, la realización personal (palabras en uso), mujeres modernas al fin y al cabo.
¿Decidimos cómo vivir? ¿Puede una mujer elegir un espacio u otro sin los costos y las críticas que tal elección implica?, ¿puede y quiere una mujer joven criar sus hijos e hijas a la vez que se forma y desarrolla como persona en la dirección que ella misma, con o sin pareja, va definiendo?
Los hechos muestran que crece el porcentaje de mujeres que se acercan a los 40 años de edad sin tener hijos, tampoco pareja en muchos casos. Una elección condicionada. Los países nórdicos son una buena muestra de los problemas demográficos que se les presentaron con este modelo de sociedad cuyos conceptos de desarrollo están asentados en la división público-privado a costa de las propias mujeres; también de los hombres que se empobrecen en otros sentidos.
En esos países (donde la empleada doméstica no existe) hubo que dar respuestas concretas a realidades que en países como el nuestro recién comienzan. ¿Se trata de repetir soluciones o de ver en conjunto en qué tipo de sociedad queremos vivir? Por su parte, la evidencia permanente de la violencia sexual que afecta a un enorme porcentaje de mujeres en todo el mundo, mayor en África, Asia y América Latina (violencia física, psicológica y otras formas abiertas y sutiles que se ejercen en los ámbitos públicos y privados), es indicador del estado del arte: actúa a la vez sobre todas las mujeres, aunque no se la reconozca. Lo mismo que hacen las dictaduras, no necesitan matar o desaparecer a todo el mundo para imponer su poder por la fuerza.
Coincido con otras en que la igualdad, la equidad, la paridad o como quiera nombrarse a este principio de justicia, no es posible en sociedades patriarcales como las que seguimos reproduciendo. Más aún, la igualdad de oportunidades como sinónimo de actividades y funciones similares para hombres y mujeres en lo laboral y en lo político-público, intentando la misma valoración material y simbólica, lleva a la sinrazón de celebrar como un logro la participación creciente de mujeres en las fuerzas armadas.
La igualdad de oportunidades no es neutra. No se cuestionan los para qué de tal participación u otra en tanto garantes y reproductoras de un sistema generador de desigualdad, peor aún el caso de las fuerzas armadas, expresión de una cultura de muerte que dirime diferencias y conflictos basándose en la capacidad de disuasión con millonarios recursos del país vuelto armamento, a costa de recursos para la vida como lo son la salud, la alimentación, la vivienda, la educación, ámbitos donde se desenvuelve una mayoría de mujeres. “Sujeto político” como “sujeto ético” antes que el “sujeto de derecho” de la tradición occidental, es lo que retoma Maurizio Lazzarato en sus lúcidos análisis sobre política y movimientos sociales. Pienso que el feminismo, los feminismos, tienen mucho que hacer y decir al respecto.
No está demás recordar que el patriarcado es UN tipo de organización social, no el único, que tiene unos 10.000 años de existencia y que se hizo global con la internacionalización de un modelo económico que no es sino la expresión concreta y perfeccionada de sus principales valores: el individualismo, la competitividad, la jerarquía, la autoridad asentada en el autoritarismo. Tampoco está demás recordar que ha habido otras formas de organización social donde los principios de la cooperación y la solidaridad están al centro. En Creta hace 8000 años no había armas, sí instrumentos de labranza, y las deidades eran femeninas no porque hubiese matriarcado, la otra cara del patriarcado, sino porque representaban los principios de la vida, la matriz, el origen. De allí el nombre de sociedades matrísticas o gilánicas, de gyn, giné, femenino y an, andros, masculino, ambos en función de la vida. No separados, opuestos, jerarquizados por las valoraciones desiguales que se les asignan, como ocurre en nuestra cultura.
Aquí género es sinónimo de casta, decía Julieta Kirkwood. Obligatoriamente tienen que surgir los conceptos de ‘incorporación’, de discriminación y acción positiva, los planes y programas de igualdad, de equidad, paridad. ‘In-corporar’ a la mitad de la humanidad a un mundo malhecho obliga a contraerse, a constreñirse, a ajustar cuerpos y deseos. In-corporarse, insertarse, integrarse, lenguajes que hablan de no-lugar. Decía Julieta en los 80 que una tarea feminista principal es negar la división entre público y privado. “Nos encontramos con la imposibilidad teórica y actual de la igualdad, en un mundo diferenciado por la naturaleza del trabajo productivo y del trabajo doméstico”.. “..el feminismo rechaza la posibilidad de realizar pequeños ajustes de horarios y de roles al orden actual, pues eso no sería otra cosa que la inserción a un ámbito-mundo ya definido por la masculinidad... se trata entonces de un mundo que está por hacerse y que no se construye sin destruir el antiguo” (o desprenderse, si les parece mejor).
Mundo privado y trabajo doméstico es mucho más que “lo doméstico”: reproducción cotidiana de la vida, reproducción material y simbólica de la cual nos hacemos cargo principalmente las mujeres y que se extiende al trabajo remunerado que realiza la mayoría: un poder para la transformación, no para perpetuar lo existente. Dicho esto, sería interesante hacer un seguimiento a la carrera que imparte la Universidad de Los Andes para señoritas que quieren hacer un solo mundo en sus vidas, con marido y bien remuneradas. Se trata de carrera nueva. Profesionaliza lo que ha sido casi el sino de las mujeres. Dada la experiencia acumulada, contendrá más que unos cuantos tips para resolver trabajo remunerado/pareja-familia, ecuación irresuelta. En una de esas terminan también con la violencia femicida y se convierten en mujeres plenamente realizadas, felices, un modelo para otras, ¿quién sabe? (dinero hay que tener, eso sí, para sevicio doméstico y demases, con lo cual volvemos al cuasi eterno e irreductible problema del dinero y su distribución, la cuestión de clase, en fin).
El asunto seguirá siendo poder decidir cómo vivir, sin castigos materiales ni simbólicos. No sólo “elegir” en el mundo casi naturalizado del “es lo que es” – “es lo que hay”. Cuestión de democracia, aunque no al estilo de los primeros griegos que nos legaron tal división hasta hoy con sus polis y sus oikos, y a los que se sigue honrando como a los ‘padres’ de la democracia occidental.

CARTA ENVIADA POR LA MADRE DE JAVIERA, LA NIÑA ASESINADA POR ALFREDO CABRERA

Amigos y amigas.

Ha pasado harto tiempo ya desde que les envié mi primera carta. En ella hablaba que quedaba poco para el juicio oral… me equivocaba. Todavía estamos a la espera.

Una espera que ha sido eterna, sin embargo, las noticias se hacen igualmente presentes.

Dentro de los próximos días el programa de televisión Mea Culpa, presentará la historia de vida del criminal que asesinó a mi hija Javiera, quien hoy día tendría 7 años de vida. Allí se vinculan nuestras historias, la de mi hija y la mía a este asesino. Qué triste e inmerecido espectáculo. Un pobre asesino, víctima de la vida, intenta explicar qué lo motivo a este brutal asesinato. Un asesino inescrupuloso y desvergonzado, que no contento con todo el dolor provocado, con toda la vida destruida, apela a la comprensión de la opinión pública.

Me faltan las palabras y hasta los sentimientos para compartir con ustedes la impotencia que me produce saber como todavía se intenta entremezclar todo, como todavía se menciona a mi hija como hija suya, cuando fue él quien renunció a esa paternidad el día que terminó con la vida de mi niña. Y que por cierto, yo también se la niego. Mi hija es Javiera, Javierita, mi linda niña que hoy no está, y que fue y es mi hija, y quien, además en la coherencia que la caracterizó en su corta vida, también hubiese renunciado a ese animal de padre.

Amigos y amigas, que difíciles tiempos de ausencias, cómo aprender a vivir sin mi hija, cómo perdonarme su partida, como enfrentar a ese canal del estado que en total impunidad construyó esta historia. Mea culpa, el espacio en que asesinos se redimen.

Cuáles serán los argumentos para justificar el crimen, serán acaso los años de dictadura, (que vivimos miles de chilenos y chilenas), la muerte de su padre (historia de muchos y muchas), su pobre infancia, (la de muchos y muchas). Y probablemente la locura, la pobre locura manoseada nuevamente.

Estoy segura que no será la violencia de género, esa que mata, que históricamente ha matado mujeres, niños y niñas, en un acto egocéntrico y de destrucción de todo aquello que quedó fuera de su control. Cuando hablo de violencia de género, las mujeres sabemos de lo que estoy hablando, hablo de la violencia cotidiana, de palabras, de signos, de símbolos, hasta ésta, la que provoca la muerte. La violencia de género no es la locura. La violencia en contra de las mujeres ha recorrido la historia a través de distintas formas femicidas, las más generales, las más locales, las más públicas, las más privadas, las ruidosas y las silenciosas.

El asesinato de mi hija tiene un sólo antecedente, misoginia, femicidio y patriarcado.

Claudia Neira Oportus

ENTREVISTA POR NUESTRA PUBLICACION "FEMICIDIOS"

Año LXXXVIII - Nro. 31.725 - Domingo 7 de diciembre de 2003
"Femicidio": asesinadas por ser mujeres

La asistente social, Patricia Alvarado, explica que el libro es un primer acercamiento al tema de los asesinatos por razones de desigualdad.
Desde hace algunos años las ciencias sociales, específicamente aquellas disciplinas que estudian los temas de género, han incorporado al lenguaje el término "femicidio" y lo definen como aquel asesinato de mujeres por razones asociadas exclusivamente a la desigualdad entre mujeres y hombres.
El Centro de las Mujeres de Temuco lanzó esta semana una investigación sobre 8 casos de femicidio registrados en La Araucanía, entre los años 1996-2003, elaborado por la asistente social, Patricia Alvarado.
El estudio fue realizado en el marco de la Campaña "Por la vida de las mujeres, ni una muerte más", iniciada en el año 2001 y es un llamado a la reflexión de toda la sociedad respecto a la gravedad de esta violencia sistemática contra las mujeres, develar las razones culturales de ella y erradicarla.

8 CASOS

La investigación revela 8 femicidios de mujeres en La Araucanía con edades entre los 15 a los 34 años. Salvo un caso, estos crímenes, fueron provocados por un conocido de la víctima, ya sea en vínculo de pareja, ex pareja, padres y padrastro.
Aquí figura, por ejemplo, el caso en Angol de Clara Parra Pardo, de 18 años, asesinada por su ex conviviente Esteban Espinosa, quien ingresa a su vivienda en la noche y le dispara en la cabeza mientras permanecía acostada junto a su pequeño hijo.
También se menciona a Elízabeth Valle Inostroza, de 29 años, asesinada por el esposo David Contreras Lagos, 39 años, que luego de los festejos de Año Nuevo, le propina tres puñaladas.
En marzo de 1998 en Almagro, Andrea Picunche de 17 años es asesinada a hachazos por su padrastro Alejandro Bastías Huilcallán de 62 años, tras perseguirla para violarla.
Otro caso incluido en el estudio es aquel ocurrido en abril de 1998, camino a Cholchol, cuando Hortensia Gallegos Quilamán, 34 años, fue asesinada por su ex conviviente, Juan Anselmo Crisóstomo. Esta se había separado de él y regresado a su lugar de origen desde Santiago. El victimario viajó hasta el sur para ultimarla. La sacó de su hogar mientras dormía junto a su hija, la golpeó con un palo y luego de asesinarla arrojó su cuerpo a un canal.

FEMICIDIO

De acuerdo a lo planteado por Patricia Alvarado en su estudio, la mayoría de los femicidios se deben a una manifestación extrema de la violencia basada en la desigualdad entre mujeres y hombres. "Cuando hablamos de femicidio estamos considerando que se trata de un problema social y no privado ni casual. Además estamos derribando los juicios equivocados, que tienden a culpar a las víctimas y a representar a los agresores como "locos", como "fuera de control" o a estos casos como "crímenes pasionales".
La mayoría de las mujeres que menciona el estudio fueron asesinadas tras una larga historia de violencia, luego de terminar una relación de pareja, o en el proceso de separación, o después de haber sido atacada sexualmente.
Para la autora la explicación es clara. "El trasfondo cultural nos señala que la mujer es considerada propiedad privada del hombre, éste cree que debe decidir y controlar la vida y el cuerpo de ella. Cuando la mujer transgrede las reglas, cuando decide separarse, el hombre se cree con el derecho de arrebatarle la vida, en represalia".
Patricia Alvarado indicó finalmente que toda la sociedad, y en particular los medios de comunicación, tienen un rol que cumplir en la erradicación de esta violencia, dejando de considerar estos hechos como aislados, condenándolos, evitando el uso de un lenguaje que reproduce la desigualdad e impidiendo la impunidad de los agresores.

Por Pilar Reyes

SIGAMOS REFLEXIONANDO...

Sin feminismos, otro mundo no es posible

Por Alda Facio
A pesar de haber sido uno de los movimientos más importantes del siglo XX, el movimiento feminista[1], ha sido vilipendiado por la mayoría de los medios de comunicación, historiadores y líderes de otros movimientos sociales. Tanto así que, ni las mismas mujeres que hoy gozan del derecho a ser electas, de salirse de un matrimonio violento, o de compartir la responsabilidad parental, le reconocen al feminismo estos logros. Y peor aún, en el imaginario social, el feminismo es la inversión del machismo o sinónimo de “depravación” sexual.


No es de extrañar, entonces, que todavía haya muchas personas que, a pesar de estar realmente comprometidas con la justicia social, crean que otro mundo es posible aunque en él se mantengan intactas las estructuras de género gracias a las cuales, la salud de un bebé, de un bosque o de un manto acuífero están menos protegidas que la propiedad intelectual o el agua embotellada, porque no contribuyen al aumento del PIB.


Creo que sin los aportes de las teorías feministas, otro mundo no es posible. Mientras se mantengan las condiciones que posibilitaron el que unos hombres se apropien del trabajo de otras personas y del planeta mismo, aunque se logre implantar sistemas más justos y democráticos en ciertos espacios, éstos serán sólo temporales. ¿Qué mejor ejemplo de esto que el final del Siglo XX? En vez de seguir por el camino de lograr una cierta justicia social, hoy vamos devolucionando hacia una desigualdad aún mayor debido a que no se erradicó la creencia de que el desarrollo de un país se mide en dólares.
¿Y cómo se llegó a esa concepción de desarrollo? Algunas vertientes del feminismo afirman que fue gracias a que ya existía la idea de que producir cosas vale más que producir vida. Pero, ¿cómo se instauró esa idea? Estas vertientes nos explican que, debido a que las mujeres tenemos el enorme poder de reproducir la vida humana en nuestros propios cuerpos, algunos hombres se dieron cuenta que para instaurarse como superiores, tenían que controlar ese poder. Para lograrlo tenían que controlar a todas las mujeres y, eso sólo lo podían hacer estableciendo un sistema de división dicotómica de roles sexuales, que se fue haciendo más y más complejo, pero que necesitó de un pensamiento dicotómico que estableciera muy claramente que los hombres y las mujeres eran seres humanos con características opuestas.


Una vez establecido esto, no fue tan difícil infravalorar todo lo asociado con lo femenino, como lo es la naturaleza, el cuido, la nutrición, etc. El costo del mantenimiento de este sistema es que al asociar a la naturaleza con el lado femenino de las dicotomías, ésta se convierte en un ente a dominar y controlar. Y así como se puede dominar, explotar y controlar a las mujeres y a la naturaleza, también se puede controlar y explotar a otros hombres. Con esta lógica dicotómica, jerarquizada y sexualizada, después de milenios de despreciar los valores femeninos, en el imaginario mundial actual, amamantar vale menos que producir alimentos en una granja. Pero esto último vale menos que construir tractores para esa granja, que vale menos que construir armas para proteger a los dueños de esos tractores, granjas e hijos/as.


En síntesis, lo que nos enseñan muchos feminismos es que mientras se crea que la superioridad o centralidad de lo masculino es natural, o mandato divino, siempre existirá el peligro de que se extienda ese razonamiento a algunos o muchos hombres y a otros seres que pueden ser inferiorizados/feminizados. Es obvio entonces que todos los hombres que quieran una justicia duradera, deberían preocuparse por eliminar los valores patriarcales con sus consecuentes actitudes machistas. Para ello es imprescindible dejar de despreciar o desconocer el potencial transformador de las teorías y prácticas feministas.
Esto no es tarea fácil, pues los aportes de los feminismos son constantemente invisibilizados o tergiversados. No es de extrañar que los diccionarios definan el feminismo desde el punto de vista masculino, como “una doctrina social que concede a la mujer igual capacidad y los mismos derechos que a los hombres”[2], como si ser igual a los hombres fuera la mayor aspiración de las mujeres. Al poner al hombre como modelo de lo que quieren las mujeres, esta definición ignora la variedad de explicaciones, que desde múltiples feminismos, han demostrado cómo la centralidad de lo masculino en todas las estructuras sociales, políticas, espirituales y económicas ha redundado en tanta desarmonía e infelicidad para todos los seres de nuestro planeta.


El feminismo es mucho más que una doctrina social; es un movimiento social y político, una teoría y una epistemología que parte de la toma de conciencia de que las mujeres, entendidas como colectivo humano, estamos subordinadas, discriminadas y/o oprimidas por el colectivo de hombres en el patriarcado, sistema que es anterior a todas las formas de explotación y que por lo tanto es necesario erradicar para lograr una justicia social duradera. El feminismo no se circunscribe a luchar por los derechos de las mujeres, sino a cuestionar profundamente y desde una perspectiva nueva[3], todas las estructuras de poder, incluyendo, pero no reducidas a, las de género. De ahí que cuando se habla de feminismo, se aluda a profundas transformaciones en la sociedad que afectan necesariamente a hombres y mujeres. Las feministas, como ya lo insinué, pensamos que los hombres que pertenecen a colectivos subordinados, oprimidos y/o discriminados por su raza, etnia, clase, edad, orientación sexual, discapacidad, etc. podrían enriquecer su accionar político a partir de un análisis feminista de sus privilegios de género, para entender cómo y cuánto éstos contribuyen a la manutención de su propia discriminación. Más importante aún, para llegar a la raíz de este sistema de opresión que hoy llamamos capitalismo neoliberal.


Los feminismos tampoco “concede(n) a la mujer igual capacidad y los mismos derechos que a los hombres". Al contrario, partiendo de las experiencias vitales de las mujeres, cuestionan profundamente todas las estructuras que han mantenido al hombre como el modelo de lo humano y ser supremo en este planeta. A partir de este cuestionamiento, los distintos feminismos buscan cómo eliminar las desigualdades. Esta aspiración no es una de asemejar a las mujeres con los hombres, sino la de una igualdad que se logra transformando las estructuras que mantienen a unos hombres como centrales a la experiencia humana, a costa de la exclusión de todos los seres que no comparten su sexo, raza, clase, sexualidad, etc.


Además, no se puede hablar de “feminismo” en singular, ya que existen distintas vertientes. Es precisamente su pluralidad ideológica y de prácticas la que permite comprender cómo y cuán profundamente la ideología patriarcal permea todas las cosmovisiones y hasta nuestros sentimientos más íntimos. En esta gran variedad de feminismos hay consensos y disensos, como en cualquier otra corriente de pensamiento o como en cualquier otro movimiento social, pero creo que en todos los feminismos transformadores se pueden encontrar algunos elementos o principios comunes que desarrollaré en otros artículos.
--------------------------------------------------------------------------------
[1] Hablo de movimiento feminista en singular aunque compuesto por muchos feminismos en plural.
[2]Diccionario Ideológico de la Lengua Española. Julio Casares de la Real Academia Española, 1975
[3] Lo que ahora se llama la perspectiva de género

PARA DEBATIR SOBRE PARTICIPACION...

Feministas tramando
SOBRE PARTICIPACIÓN POLITICA Y SOCIAL DE LAS FEMINISTAS
Santiago, 5 de julio de 2006, Lanzamiento Memoria Encuentro Feminista 2005
Paula Santana Nazarit
Para qué participar...
Cuando hablamos de participación política, nos estamos refiriendo al espacio de la política, del Estado, gobierno, partidos políticos. Cuando hablamos de participación social, aparecen en escena las alianzas e integración con otros movimientos sociales y ciudadanos. Lo común que tienen ambas formas de participación, es que se quiere influir en el Estado, en las políticas públicas y en el tipo de sociedad en que vivimos. Esto sería en términos amplios y abstractos el para qué participar. Aterrizando un poco, actualmente, nos encontramos en un contexto político nacional e internacional y, en Chile, desde que se instaló el gobierno civil, que es receptivo y amigable hacia el discurso de la equidad de género. De hecho, varias reivindicaciones del movimiento de mujeres y feministas han sido tomadas por el Estado. En el caso de la violencia contra las mujeres, esto es patente...hoy, el Estado está implementando programas públicos para atender a las mujeres violentadas, a través de modelos de atención, una ley de VIF que ha sido modificada, ahora está en el plan de gobierno, abrir casas de acogida...etc. hoy las mujeres violentadas tienen una respuesta desde el Estado, aunque no es suficiente ni adecuada, pero lo cierto es que el Estado se ha hecho cargo. ¿Qué pasa entonces con las organizaciones feministas que han definido a la violencia contra las mujeres, como su estrategia política? Pues, claro, seguirán vigilantes al tipo de política que se implementa...pero con esto ¿estamos afectando la cultura patriarcal que reproduce la violencia contra las mujeres? Yo creo que no. Más bien, nos desgastamos en metas cortoplacistas y una vez que son acogidas por el Estado nos desorientamos y quedamos sin estrategia...sin política feminista, que vaya más allá de soluciones a medias.

Otro ejemplo del discurso amigable con la equidad de género de este gobierno es la propuesta de paridad política propuesta por Bachelet. Se plantea que más allá de los puestos políticos centrales del gobierno, a todo nivel de la estructura estatal, deben distribuirse los cargos igualitariamente entre hombres y mujeres. Parece revolucionario. Pero no es transgresor. Un cambio así impacta en el imaginario social y en el de las mujeres particularmente...seguramente van a querer tener más poder en sus casas...o van a reclamar más sus derechos...son potentes los cambios culturales que se podrían generar a partir de este hecho concreto...pero es también cierto de que es un arma de doble filo y que por al contrario de lo que queremos, las mujeres ubicadas en el poder de la masculinidad contribuirán a construir a hacer de éste, un sistema más bueno, mejor disfrazado y sofisticado en sus formas de dominación y perpetuación. Yo creo que esto sucede porque el feminismo no está presente. Entonces me pregunto: ¿De qué nos sirven mujeres feministas en el poder establecido si no actúan como tales, no son legitimadas como tales, sino que esconden sus verdaderos deseos y se hacen parte de la misma máquina? ¿De qué nos sirven feministas en el poder si no tienen vinculación con un movimiento feminista capaz de apoyarla y de exigir responsabilidad en su actuación política? Por otro lado, el actual gobierno más claramente que los anteriores de la concertación, le da un lugar privilegiado a la participación social. En este contexto, las ONGs y otras instancias del movimiento de mujeres y feministas, son llamadas a participar como parte de la “sociedad civil” (concepto amorfo que invisibiliza y quita identidad a sus actoras/es) en comisiones, grupos de trabajo, concursos y licitaciones públicas...siguiendo las palabras de Sonia Alvarez “las ONGs ahora son proclamadas "socias" claves del Estado”. Es una participación instrumental, en el mejor de los casos, consultiva, pero en general, es clientelista y una pantalla para validar las iniciativas gubernamentales.

El 8 de Marzo 2006 para mí fue decidor. En la organización oficial del 8 de marzo participaron feministas como representantes de sus ONG feministas y también muchas a título individual y resultó que más que nunca, el discurso, análisis y propuesta feminista estuvo invisibilizada, fueron los partidos políticos quienes hegemonizaron, y fue un 8 de marzo metido a presión en el discurso de gobierno, absolutamente esencialista (mujerista) y conservador.
En este punto, identifico dos problemas que yo considero más complicados:
1. Nuestra participación se reduce a entregar conocimientos técnicos que mejorarán sin duda los programas y políticas del gobierno en relación a las mujeres, o sea, se nos consulta “más como técnicas y menos como ciudadanas” (Sonia Álvarez). Pero al mismo, desaparecemos como movimiento social y político.
2. El tipo de participación oficial, es clientelista y genera competencia por los escasos recursos entre las feministas...esto obviamente, genera divisiones, cada cual rema para el lado que más le conviene y se pierden de vista los objetivos movimientistas del feminismo.
Lo anterior, se refiere a la participación vista como una relación bilateral con las instituciones del poder establecido, sin embargo, ya que el “Estado está ahí”, no se trata de hacer como que no existe, porque sus efectos en la vida de las mujeres y en el tipo de sociedad en que vivimos son reales. Entonces, creo que nuestra participación tiene que dar un viraje, darnos la vuelta y mirar a otros movimientos y expresiones sociales, salir del ghetto, la experticia y el anonimato y priorizar por establecer alianzas, negociar con otros/as y sobretodo, expandir el feminismo entre las mujeres de manera protagónica sin intermediaciones, y desde ahí, fortalecidas en la red social, plantearnos hacia el poder establecido. Creo que experiencias como la de las feministas de la Memoria Feminista y Las Clorindas, de participar como feministas en el movimiento de los/as estudiantes/as secundarios/as es un buen ejemplo de cuales son los espacios que interesa afectar. Porque sólo desde ahí, desde la autonomía y protagonismo y desde la integración con otros movimientos sociales, podremos decir lo innombrable, podremos proponer cambios que parecen utópicos...podremos exigir el aborto y el amor entre mujeres como un derecho humano de las mujeres y gritarlo a todas voces...podremos decir que la violencia contra las mujeres no es sólo la que está en las leyes...podremos negociar con el Estado y no perder nuestra dignidad en ello.

Desde donde participar...
“¿Las mujeres estarán siempre divididas entre ellas?
¿Lograrán alguna vez formar un único cuerpo?
Olympe de Gouges, 1791
Para responderme a esta pregunta, pienso en el movimiento feminista como lugar desde donde quiero participar. Los espacios que las feministas hemos creado para participar y afectar al sistema son múltiples: colectivos, redes, coordinadoras, ONGs. También hemos ocupado muchos espacios que no son feministas para, desde ahí, influir: organizaciones sociales, ONGs, estado, universidades...

Las feministas estamos en todas partes...en eso nos parecemos a una plaga, aunque éstas hacen daño y nosotras somos hasta inofensivas...

Las ONGs no nos sirven...actualmente son cada vez más funcionales al sistema porque su sobre vivencia las obliga, son espacios de trabajo pero no de actuación política feminista...debilitan al movimiento en tanto que captan los recursos y asumen liderazgos que debieran ser del movimiento. De alguna manera, reemplazan al movimiento feminista.

Por otro lado, las redes temáticas (foro de salud, red de violencia) como espacios de acción política feminista fueron creadas por feministas con fines funcionales a las estrategias de desarrollo. A pesar de esto, creo que las redes tienen potencialidad de movimiento, ya que son espacios donde las organizaciones que las integran tienen iguales posibilidades de hacer valer sus posiciones y acceder a los recursos, así como de participar de un proceso colectivo de politización de los temas que trabajan. Sin embargo, la competencia por los recursos, la cultura de los proyectos y las carencias con las cuales trabajan estas organizaciones y ONGs, son factores que distorsionan la perspectiva política y de más largo plazo que implica un cambio social como el que busca el feminismo.

“¿Cómo y cuando podremos sensibilizar al mundo sobre nuestro movimiento? No creo que la respuesta esté en tratar de rendirnos a un feminismo fácil, popular y de gratificación instantánea. Integrarse a la cultura pasiva y adaptarse a sus reglas es degradarse y negar la plenitud de nuestro significado e intención”.
A. Rich.
Actualmente, el movimiento feminista (como cuerpo visible a los ojos de la sociedad) no levanta una voz diferente a los discursos socialmente aceptados y ampliamente difundidos. El feminismo no está representando una alternativa al sistema...hoy, en que el discurso de la igualdad es tomado por los más diversos sectores políticos progresistas, de izquierda e incluso conservadores, el feminismo se queda sin proyecto propio, diferente, antisistémico. Frente a esto, el movimiento feminista, debe radicalizarse, volver a sus orígenes de proyecto transformador. Algunos sectores del feminismo llevan trabajo adelantado en esta reflexión política (como la corriente de las autónomas), pero es algo que debe emprender el movimiento en su conjunto. Adrienne Rich habla de como concibe un movimiento transformador:
“Nuestro proceso podría ser revolucionario pero no transformador...Para, muchas de nosotras, la palabra “revolución” en sí misma se ha vuelto no solamente una reliquia muerta del izquierdismo, sino también el callejón sin salida de una política machista: la “revolución” de una rueda que después de un giro regresa al mismo lugar; la “puerta giratoria” de una política que ha liberado a las mujeres sólo para utilizarlas y solamente dentro de los límites de la tolerancia masculina. Cuando hablamos de transformación, estamos hablando exactamente de la visión de un proceso que no debe dejar sin modificar ni superficies ni profundidades y que penetraría en la sociedad en su nivel más esencial para acabar con la subyugación de las mujeres y de la naturaleza por parte de los hombres”.

Finalmente, creo que la participación social y política sólo tiene sentido en la medida en que seamos un movimiento social capaz de afectar al sistema....y para ello es fundamental reestablecer como estrategia política los espacios autónomos feministas desde donde hacer movimiento y el protagonismo de las mujeres, porque “los proyectos feministas tienen un horizonte más amplio que la derrota de situaciones contingentes...” (Margarita Pizano)

25 DE NOVIEMBRE DIA POR LA NO VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES, ¿CUAL ES SU ORIGEN?

En el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogotá, en Julio de 1981, surge la propuesta de hacer el 25 de noviembre un día de reflexión y denuncia contra las diferentes formas de violencia que sufren las mujeres. En esa fecha, 1960, en la República Dominicana, las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, opositoras al dictador Rafael Leonidas, habían sido asesinadas por él. En el mencionado encuentro de Bogotá se hizo el compromiso de impulsar en los respectivos países la celebración de esa fecha.Posteriormente, en la Conferencia Internacional de la Mujer organizada por Terre de Hommes (R.F.A) celebrada del 6 al 15 de Mayo de 1987 en Taunus, República Federal Alemana, se analizó la situación de las mujeres, verificándose la existencia de problemas que eran consecuencia de crisis económicas, políticas, o bien resultado de la militarización y de la explotación. Con los considerandos y exigencias planteadas, las participantes acordaron el 15 de mayo de 1987 declarar el 25 de Noviembre como "Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres"
LA DICTADURA DE TRUJILLO 1930-1961. EL ESCENARIO DE LAS HERMANAS MIRABAL
La dictadura del general Rafael Leonidas Trujillo se inicia con su ascenso al poder en 1930 en la República Dominicana, país caribeño que se extiende en la parte oriental de la Isla de Santo Domingo.El país había sido ocupado por militares norteamericanos desde 1916 a 1924. Los soldados y oficiales dominicanos fueron entrenados por ellos, y Trujillo fue heredero de ese cuerpo de orden y no tardó en demostrar que sabia utilizar los métodos de control que se emplearon durante la ocupación.En una campaña de terror político e intimidación a la población, “ganó” las elecciones presidenciales el 16 de Mayo de 1930. Utilizó al ejército para imponer su dominio sobre el resto de la población, por medio de la violencia, la tortura y el asesinato; además, creó la banda terrorista “La 42”, encargada de perseguir y asesinar a sus opositores e imponer miedo en el país. La primera víctima fue un matrimonio opositor al régimen, en que la esposa se encontraba embarazada, los Martínez Reina.Trujillo además utilizó otros métodos para afianzarse en el poder, no solo los de persecución a los opositores, también machistas. tuvo injerencia en las familias para la obtención de favores sexuales de las mujeres jóvenes y consideradas hermosas, de manera tal, que si no accedían a los requerimientos se corría el riesgo de que incautar los bienes materiales y peor aun, declararlo enemigo y hacer la persecución que merecía como tal, motivo por el cual quebró principios y se impuso como el protector, ya que la “amante” o su familia podían llegar a ser propietarios de algún bien material, vivienda, empleo, etc. y a muchas de ellas las convertía en esposa de algún militar que tenia que aceptar la propuesta hecha por Trujillo de ser el esposo de la amante que abandonaba.
Otro método que empleo fue el compadrazgo, al final de la década de los 50 y principios de los 60, se ofreció como padrino de todos aquellos niños y jóvenes que quisieran ser apadrinados por el Jefe, recibían un sobre conteniendo unos cuantos pesos de regalo, en un principio fue con billetes de alto valor y luego fue bajando en la medida que los ahijados hacían lista de espera de varios meses. El padrino no participaba en la ceremonia, algún militar de palacio le representaba. El motivo de este deseo de tener miles de compadres era una forma de ganar respeto y protección por el vinculo del Sacramento del Bautismo. Esto acontece cuando empiezan los movimientos de critica y rechazo a la dictadura. Esta fue una forma de combatir buscando un acercamiento para persuadir, “los compadres no pueden complotar contra el padrino del hijo/a “
LUCHA ABIERTA CONTRA LA DICTADURA
El 14 de Junio de 1959 un grupo de dominicanos en el exilio, con apoyo del gobierno cubano, ingresaron a su patria con la intención de derrocar al régimen de Trujillo. Fracasaron en su intento, pero permitieron que los opositores, jóvenes intelectuales, se organizaran, dándole a su agrupación el nombre de 14 de Junio, en homenaje a los que cayeron en esa fecha. A la agrupación se le conoció como “14J”. La organización del “14J” tenía una característica de ser un movimiento de conformado con jóvenes intelectuales con el ideal de tener una patria libre del dictador Trujillo, no está en la corriente de una organización con militancia partidaria y una conducción política con análisis y proyección política.En 1960 se descubrió la conspiración contra el tirano y las cárceles se llenaron de centenares de presos políticos, opositores pertenecientes a todas las clases sociales. Muchos fueron asesinados, entre ellos las hermanas Mirabal. El rechazo al dictador aumentó, y esta vez conspiraron sus colaboradores cercanos y antiguos amigos, respaldados por los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Trujillo finalmente fue asesinado el 30 de Mayo de 1961.
SENTIMIENTO PATRIÓTICO
El sentimiento patriótico de las hermanas Mirabal desarrollado a lo largo de la crianza que recibieron, por la gran sensibilidad social y humanismo propio de la fe cristiana que profesaban. El pertenecer a familias acomodadas de la región, no limito su compromiso, aun poniendo en riesgo no solamente sus vidas, la de sus familiares sino también pérdida de los bienes materiales La única manera de hacer de ese sentimiento patriótico transformado en pelea contra la tiranía, las llevo a participar en el movimiento “14J”, desde el cual apoyan con actividades de mucho riesgo, recibiendo y guardando armas para la lucha que se proyectaba contra el régimen dictatorial.
Las Mirabal militaron en una célula del “Movimiento 14 de Junio”, en la que se identificaban como Mariposa 1 (Minerva), Mariposa 2 (María Teresa), Mariposa 3 (Patria). Al develarse el complot del movimiento, en enero de 1960, centenares de militantes fueron encarcelados. Minerva y María Teresa con sus esposos así como el esposo e hijo mayor de Patria fueron condenados a cinco años de prisión, sufriendo las mayores vejaciones y torturas.
Ante la denuncia por parte de los opositores que vivían en el exilio, la Comisión de Paz de la OEA hizo una visita a Santo Domingo y constató la situación de los presos políticos, lo cual obligó a Trujillo a “ablandar la situación”. En agosto de ese mismo año, Minerva y María Teresa pasaron a arresto domiciliario. Ellas tenían permiso para salir dos veces a la semana: el domingo a misa y un día a ver a los esposos. En el mes de Noviembre, los esposos fueron trasladados a la cárcel de Puerto Plata, quedando más cerca de sus esposas. En esas circunstancias, se “planeó” matar a las tres hermanas, en una solitaria carretera, cuando regresaban de visitar la cárcel, el día 25 de noviembre de 1960.
Así las Mariposas, mujeres llenas de patriotismo y en plena juventud, pues no alcanzan los 40 años de edad , se inmolan en un acto que conmueve las entrañas del pueblo , dando con ello el inicio a la caída del régimen dictatorial.
Lima, Noviembre de 2001.Dra. ANA MARIÑEZ ALVAREZ
REFERENCIAS:Julia Alvarez 1995 El tiempo de las Mariposas (Novela) Santo Domingo: Taller Franklin Moya Pons 1995
Manual de Historia Dominicana Santo Domingo: Caribbean Publishers
“¿Por qué el 25 de Noviembre?” (Recortes fempress).
Colección de CENDOC -MUJER “Resolución final de la Conferencia Internacional de la Mujer” Colección CENDOC-MUJER.
http://www.nodo50.org/mujeresred/violencia-25-hermanas_miraval.html

LAS DESIGUALDADES DE GENERO Y EL VIH-SIDA

CUANDO LAS DESIGUALDADES DE GENERO PUEDEN SER FATALES
El SIDA/VIH, las Mujeres y los Derechos Humanos
La pandemia del SIDA no es solamente un problema de salud. El derecho a la salud de aquellos que sufren (o están en riesgo de contraer) SIDA/VIH está inextricablemente ligado a otros derechos humanos fundamentales. Debido a la discriminación contra las mujeres, a ellas les falta (o no tienen) poder en la sociedad. Esto disminuye el control que las mujeres tienen sobre sus propios cuerpos y en la toma de decisiones, y también incrementa los riesgos de violencia contra las mujeres. Ambos factores aumentan la susceptibilidad que las mujeres tienen de sufrir dichas infecciones. Debido a los efectos devastadores del VIH y el SIDA las desigualdades de género son ahora fatales.Impacto del VIH/SIDA en las mujeres (UNAIDS).
• En diciembre del 2002 ya habían en el mundo 42 millones de personas con SIDA/VIH; 19 millones eran mujeres entre 15 y 49 años.
• En el año 2002 2 millones de mujeres fueron infectadas con el VIH y 1.2 millones murieron por complicaciones del SIDA
• De los 200 millones de mujeres que resultan embarazadas anualmente, 2.5 millones son VIH-positivas.
• De las 14,000 infecciones diarias que ocurren cada año, más de 1,600 ocurren durante el embarazo, el parto o el periódo post-natal.
• La probabilidad de que una mujer sea infectada por un hombre es cuatro veces la que él tiene de ser infectado por una mujer.
• Las mujeres constituyen el 50% de los casos del VIH en el mundo. En África ellas son el 58% de todos los casos. En el sur de Asia las mujeres representan el 35% de los nuevos casos del VIH. En 1999 las jóvenes estadounidenses entre los 13 y 19 años de edad representaban la mayoría de los nuevos casos de infecciones en EE.UU (datos del Centro para el Control de las Enfermedades)
Estándares Internacionales de Derechos Humanos.
• El Convenio Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales garantiza el "derecho de todos de disfrutar los mayores estándares posibles de salud física y mental." Esto incluye "la prevención, tratamiento y control de las enfermedades epidémicas, endémicas, ocupacionales y de otro tipo.".
• Los Lineamientos Internacionales de la ONU para los Derechos Humanos y el SIDA/VIH enfatizan la naturaleza multifacética del SIDA/VIH: "El Estado debe establecer un esquema efectivo a nivel nacional para combatir el SIDA/VIH en una manera coordinada, participatoria, transparente y responsable que integre las responsabilidades programáticas y políticas sobre el SIDA/VIH de todas las ramas gubernamentales.".
• El Comité para la Eliminación de Toda la Discriminación Contra la Mujer ha declarado que la violencia de género es un tema de salud crítico para las mujeres: "Los programas para combatir el SIDA deberían dar atención especial a los derechos y necesidades de las mujeres y los niños y a otros factores relacionados con el papel reproductivo de las mujeres y sus posiciones subordinadas en algunas sociedades, las cuáles hacen que ellas sean especialmente vulnerables a las infecciones del VIH."
Discriminación
La discriminación está ligada de manera íntima a las experiencias de la mujer con respecto al SIDA/VIH. A las mujeres (quienes típicamente se encuentran en los márgenes económicos y sociales de la comunidad) frecuentemente les niegan acceso a sus derechos humanos más fundamentales, tales como la igualdad, educación, integridad física, seguridad económica y los tratamientos de salud. Dicha discriminación las hace más vulnerables al VIH, ya que no pueden protegerse de dichas infecciones. Una vez que han sido infectadas con el VIH, las mujeres frecuentemente sufren el ostracismo social, abusos físicos a manos de familiares y/o el abandono. Las mujeres embarazadas que resultan VIH-positivas podrían frecuentemente ser forzadas a la esterilización o tener abortos. Los resultados de los exámenes de VIH generalmente se los dan a los esposos de las embarazadas, ya que se asume que ellos decidirán si quieren continuar o no con el embarazo. El temor a ser discriminadas hace que algunas mujeres mantengan su condición privada o no busquen exámenes de seguimiento o tratamiento. Esto complica e intensifica los efectos de dichas enfermedades.
Normas Culturales
Las normas culturales y de género limitan la sexualidad femenina y son obstáculos para las mujeres que necesitan información sobre la salud sexual y reproductiva. Las discusiones sobre temas sexuales son consideradas generalmente tabú antes y aún después del matrimonio. Las mujeres son frecuentemente valoradas por su fertilidad y son abusadas, repudiadas o sujetas al ostracismo social si no pueden tener hijos. Estas perspectivas culturales y las creencias que el uso del condón es algo que se usa en la prostitución (Iniciativa de la Comisión Europea/UNFPA para la Salud Reproductiva en Asia) hacen que las mujeres se arriesguen a ser infectadas con el VIH al negarse a usar preservativos. Las prácticas culturales tales como la Mutilación Genital Femenina (MGF) también aumentan los riesgos del VIH para las mujeres. Por ejemplo, la MGF incluye rituales en grupo en los cuáles se usa el mismo instrumento cortante (sin ser esterilizado o desinfectado) en muchas niñas y adolescentes, lo que incrementa el riesgo de transmisión de la enfermedad para todo el grupo.Las normas culturales que promueven la sexualidad masculina también contribuyen a la transmisión del VIH. A los hombres no solamente se les permite sino que también se les motiva a tener múltiples relaciones sexuales. Cuando los hombres resultan infectados en relaciones extra-maritales ellos le pasan las infecciones a sus esposas, quienes no tienen voz en decidir sobre las protecciones para el sexo. La noción de la agresividad masculina y la pasividad femenina promueve la idea que las mujeres deben someterse a los deseos de los esposos, aún en situaciones que pueden resultar en relaciones sexuales sin protección.
La Falta de Poder
Las normas culturales que condenan a las mujeres a la subordinación frecuentemente hacen que las mujeres no estén en posibilidades de negociar las condiciones bajo las cuáles tienen relaciones sexuales, o de poder demandar que sus parejas sexuales usen condón. La condición de la mujer y su habilidad de protegerse contra las infecciones están principalmente determinadas por el acceso a la educación, el empleo y la representación política. La complejidad de estos factores es incrementada por otros de tipo racial, étnico, religioso, o de casta; así como de identidad sexual, condición social o edad. Dichos factores también podrían contribuir a marginalizarlas aún más.Las mujeres que están marginalizadas económicamente muchas veces solamente pueden sostenerse a sí mismas y a sus hijos a través de la prostitución. En estas situaciones las mujeres muchas veces no pueden controlar las situaciones bajo las cuáles tienen relaciones sexuales y por lo tanto participan en actividades sexuales sin ninguna protección. A pesar del hecho que estas mujeres no tienen ninguna alternativa más que prostituirse, la sociedad las estigmatiza.
La Violencia Sexual
La violencia sexual hace que las mujeres sean más vulnerables al VIH. Las mujeres que son víctimas del tráfico sexual, que se casan de niñas, y que constantemente sufren violaciones sexuales dentro del matrimonio no pueden negociar las condiciones bajo las cuáles tienen relaciones sexuales debido a la naturaleza del poder existente en las relaciones entre ellas y sus parejas sexuales masculinas. Las mujeres que son violadas por extraños o conocidos no tienen posibilidades de protegerse contra las enfermedades de los perpetradores, y por eso sufren las consecuencias del VIH junto con los traumas causados por la violencia sexual. En todos los casos de violencia sexual el daño a las membranas vaginales que resulta debido a la violencia del acto mismo aumenta las posibilidades de que la víctimas sean infectadas con el VIH.
El Mito de la Virginidad
El mito que tener relaciones sexuales con una vírgen curará al individuo que sufre de SIDA ha incrementado la violencia sexual en todo el mundo. Las víctimas de la violencia sexual son cada vez más jóvenes, para garantizar que son vírgenes y que la "cura" sí funcionará. Como consecuencia de ese mito mujeres y niñas muy jóvenes se han vuelto víctimas del comercio sexual, ya que los clientes demandan cada vez parejas sexuales aún más jóvenes.
El deseo existente de tener relaciones sexuales con una vírgen ha tenido efectos devastadores para las niñas, ya que intensifica las probabilidades que ellas tienen de ser infectadas: "Mujeres de todas las edades tienen más probabilidades que los hombres de ser infectadas con VIH durante el coito sin protección. Dicha vulnerabilidad es especialmente tremenda para las niñas que no tienen el tracto genital completamente desarrollado. Esta vulnerabilidad biológica es complicada por la baja condición social que la mujer tiene en la sociedad en general, y en las relaciones sexuales en particular. Esta vulnerabilidad de género, se debe enfatizar, es particularmente grave para las niñas." (Informe de la Epidemia Global del SIDA/VIH, UNAIDS, Junio del 2000)
El Impacto Económico y los Derechos Sociales
El SIDA está destruyendo los conocimientos, experiencia y redes necesarias para la sobrevivencia económica de las comunidades. Cuando una mujer tiene que cuidar a un familiar enfermo, o cuando ella misma se enferma, el tiempo dedicado al cultivo, cosecha, o al trabajo en la casa o afuera, se reduce. Además, los ingresos familiares disminuyen y la subsistencia familiar se desintegra.Cuando el esposo de una mujer fallece, a ella le niegan los derechos de propiedad sobre la tierra, los créditos y/o las redes de comercio o distribución; por lo tanto el SIDA como enfermedad mortal crea una situación en la cuál las mujer pierde el sostén familiar y a la persona de la que ella depende económicamente; lo que debilita más su situacion económica y las posibilidades de poder mantenerse a sí misma y a sus hijos.Con frecuencia son las niñas de la familia las que son forzadas a abandonar la escuela para cuidar a familiares enfermos o trabajar para el sustento familiar. Esto destruye el derecho a la educación de las niñas e intensifica el ciclo de desigualdad que ya es pervasivo. La falta de educación tiene profundas implicaciones económicas, sociales y de salud, las cuáles ya son conocidas por debilitar las capacidades futuras de las niñas y jóvenes de protegerse a sí mismas contra el SIDA.
El Derecho a la Salud
Con frecuencia las mujeres marginalizadas no tienen acceso a los tratamientos médicos para el SIDA/VIH. A las mujeres prisioneras, por ejemplo, generalmente les niegan los medicamentos que ellas necesitan y que les podrían extender la vida. Las sobrevivientes del ultraje sexual son también víctimas del ostracismo social y la humillación y por eso muchas veces no buscan atención médica. Las que trabajan en el comercio sexual son discriminadas por todos los sectores sociales y esto hace que ellas ignoren o se nieguen a recibir los cuidados médicos, ya que quieren evitar ser víctimas de los hostigamientos or parte de la sociedad.El uso de una profilaxis anti-viral no más de 72 horas después de haber sufrido una violación sexual o tenido sexo sin protección con un individuo infectado puede reducir las posibilidades de sufrir una infección. El estigma que sufren las mujeres marginalizadas en la sociedad y en los hospitales es tan intenso que ellas no buscan ayuda y por lo tanto no se enteran de este tratamiento protectivo. Esto es complicado por el hecho que algunos gobiernos, tales como el de Sudáfrica, se niegan o no quieren dar dichos tratamientos a las mujeres olvidadas por la sociedad, en parte debido a los altos costos económicos. Dichas políticas intensifican los estigmas y subordinación que las mujeres ya sufren.El SIDA/HIV es un tema de derechos humanos de la mujer. La desigualdad de género y la falta de poder que sufren las mujeres, niñas y adolescentes han contribuido tremendamente a la transmisión descontrolada del VIH. Solamente al considerar la infección del SIDA/VIH como algo que está profundamente ligado a otros temas relacionados con los derechos de la mujer se podrá verdaderamente combatir el SIDA/VIH.
http://www.amnestyusa.org/spanish/nomasviolencia/temas/sida.html

28 de septiembre Día por la Despenalización del Aborto

Este 28 de septiembre se conmemora el Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, la maternidad no siempre cabe dentro del proyecto de vida de las mujeres ni es una opción libremente elegida, sino que muchas veces se relaciona con coerciones sexuales, incluyendo incesto; con falla o falta de acceso a anticoncepción moderna; con desorientación y desinformación en temas de sexualidad y reproducción; con presiones culturales y sociales sobre las mujeres para que hagan suyo el rol de madres como única vía para reafirmar su identidad. La solución, por tanto, no es la penalización y persecución a las mujeres que abortan ni a sus redes sociales que las apoyan, sino más bien intervenir en aquellos aspectos que requieren de medidas de prevención: aumentar el acceso a la anticoncepción moderna, incluyendo anticoncepción de emergencia; prevenir la violencia sexual; instaurar programas de educación sexual integrales y un enfoque de género. Lo que debe complementarse con el acceso al aborto legal, seguro y gratuito para todas las mujeres que requieran interrumpir su gestación. Para lograr esto, se requiere un cambio cultural profundo que traduzca el reconocimiento de las mujeres como sujetas de derecho sobre sus cuerpos y sobre su reproducción, con calidad moral para tomar determinaciones en este terreno, en la certeza de que corresponden al paso más adecuado para su vida presente y futura.
¿Están nuestros gobiernos, legisladores/as y planificadores de políticas públicas listos para responder a este desafío?
¿Está la sociedad dispuesta a reconocer que en nosotras, las mujeres, reside el potencial suficiente como para definir cuándo, dónde y cómo optar por una maternidad voluntaria? ¿Estamos las mujeres preparadas para exigir dicho reconocimiento no tan solo de parte de nuestros gobiernos, sino también de otros sectores sociales que podrían ser nuestros aliados? Este es el desafío que enfrentamos, en medio de un clima internacional adverso, con corrientes fundamentalistas lideradas por la administración Bush y la Iglesia Católica. Sin embargo, el marco del Derecho Internacional de los Derechos Humanos actualmente vigente es el sustento sobre el cual nos debemos afirmar para exigir cambios legislativos en torno a la interrupción voluntaria del embarazo. De allí la importancia de apropiarnos del potencial que estos instrumentos tienen para proteger nuestro derecho humano a la salud, a la intimidad y a la honra, a decidir el número y espaciamiento de nuestros hijos/as, o a no tenerlos, y a vivir una vida libre de violencias e imposiciones, que en su conjunto configuran y dan sustento a la demanda de las mujeres de una maternidad voluntaria, libre e informada. (extracto http://www.reddesalud.org/espanol/sitio/info.asp?Ob=1&Id=178) Publicada el Lunes, 27 de Septiembre de 2004 Adriana Gómez

LAS MUJERES DE LA CLASE OBRERA

Colaboración de SANDRA LOPEZ, Periodista
OPRIMIDAS Y EXPLOTADAS (*) Las mujeres de la clase obrera
Andrea d Atri

Este trabajo fue presentado a varias delegaciones de mujeres del interior del país que participaron del XII Encuentro Nacional de Mujeres, que se realizó en San Juan el 8, 9 y 10 de junio de 1997. El mismo acerca algunas reflexiones sobre el cruzamiento de la problemática de género con la cuestión de clase, desde una perspectiva marxista. Hablar de género en una revista marxista o pretender ser marxista en el abordaje de la problemática de género no parece tarea sencilla de emprender. Tres décadas de desencuentros prologan este intento de rescatar la teoría y el método del materialismo histórico para comprender la cuestión de género. Sin embargo, bueno es decir que feministas y marxistas de fin de siglo, al menos coincidimos en que “los puntos de vista de los subyugados son preferidos porque prometen relatos más adecuados, objetivos y transformadores del mundo” (1). De ahí que nuestro interés en la clase y el género “expresa en primer lugar el compromiso intelectual de construir una historia que incluya las historias de los oprimidos” (2) y, en segundo lugar, me permito agregar a título personal, la convicción de transformar esa historia de opresión. Sin embargo, es necesario definir más precisamente nuestro posicionamiento, en ambos campos. ¿De qué marxismo hablamos? ¿Marxismo académico? ¿Revolucionario? ¿Occidental? ¿Feminismo de la igualdad? ¿De la diferencia? ¿Liberal? ¿Radical? Tal como señalan Santa Cruz, Gianella y otras: “...feminismo y feminista son términos demasiado amplios y vagos. No hay un feminismo unívoco y monolítico y, aunque los diversos feminismos parecen coincidir en advertir la situación de sujeción de las mujeres, la injusticia de tal situación, la voluntad de revertirla y la convicción de que es posible lograrlo, hay grandes divergencias en aspectos claves dentro de las diferentes líneas de pensamiento o acción.” (3). Es que, como señalara Gerda Lerner: "(las mujeres) están subordinadas y explotadas, pero no son todas” (4). De allí que sostengamos que un análisis de clase se impone como necesario en el estudio histórico del feminismo y en el abordaje de la cuestión de género en la historia. Consideramos que la lucha de clases es la fuerza motriz de la historia y que las mujeres integran las diferentes clases sociales en pugna. En ese sentido, las mujeres no constituirían una clase diferenciable. “Si partimos del criterio marxista, que trata de definir las clases sociales en relación con el proceso de producción y de acuerdo con la posesión efectiva de los medios de producción, las mujeres forman un grupo interclasista.”(5). Queremos subrayar, entonces, que consideramos la explotación como aquella relación entre clases sociales que hace referencia a la apropiación del producto del trabajo excedente de las masas trabajadoras por parte de la clase poseedora de los medios de producción. Se trataría, en este caso, de una categoría que hunde sus raíces en los aspectos estructurales económicos. Mientras que la opresión podríamos definirla como una relación de sometimiento por razones culturales, raciales o sexuales. Es decir, la categoría de opresión se refiere al uso de las desigualdades en función de poner en desventaja a un grupo social. Pero explotación y opresión se combinan de diversas maneras. Volviendo a lo señalado por Gerda Lerner, podemos decir que la pertenencia de clase de un sujeto delimitará los contornos de su opresión. Por ejemplo, aunque la imposibilidad legal de ejercer derecho sobre el propio cuerpo sea uniforme para todas las mujeres en el plano formal; no son equivalentes, en el plano de lo real, las prácticas ilegales posibles y sus previsibles consecuencias para quienes pueden acceder -por posición económica, social y hasta nivel educativo- al clandestino aborto séptico y quienes deben morir por hemorragias e infecciones, víctimas de un orden "patriarcal", con descarnado rostro capitalista. Aunque puede señalarse que las mujeres padecen discriminaciones legales, educacionales, culturales, políticas y económicas, existen evidentes diferencias de clase entre ellas, que moldearán en forma variable no sólo las vivencias subjetivas de la opresión, sino también y fundamentalmente, las posibilidades objetivas de enfrentamiento y superación parcial o no de estas condiciones sociales de discriminación. Sólo partiendo de hacer visible esta diferenciación primordial que existe aún entre los sujetos que se inscriben dentro de una misma categoría genérica (incluso cuando esta pertenencia sea al género oprimido socialmente) es posible entender la amplia gama de actitudes y experiencias femeninas -según la procedencia social- y los resultados de diversas investigaciones que demuestran que, de manera preponderante, el factor de clase tiene mayor poder de cohesión que la adscripción a un género. Por otra parte, sostenemos que el género es una categoría histórica y relacional. No se trataría de un atributo ontológico sino instrumental. Es decir, el género comprende al conjunto de las conductas que se construyen socialmente sobre la diferencia sexual y que hacen que mujeres y varones se comporten femenina o masculinamente. Funciones y características asociadas imaginariamente al sexo conformarían el género femenino y/o masculino. Pero esta diferenciación encierra asimismo la trampa de una jerarquización, es decir una valoración positiva y/o negativa asociada, de tales propiedades o conductas. En este sentido, “... el género no es una categoría descriptiva sino una normativa que determina la posición social de las mujeres y de los varones.” (6). Coincidimos con J.Scott cuando plantea que “el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basado en las diferencias que se perciben entre los sexos, y es una manera primaria de significar las relaciones de poder” (7). Relaciones de poder que se aprehenden en la vida familiar, se experimentan asimismo en las diferentes instituciones por las que atraviesa el sujeto en su socialización y no son más que la reproducción distorsionada de la división entre dominadores y dominados que surca la historia de la humanidad desde la esclavitud hasta nuestros días. Ya Engels señalaba, refiriéndose a la monogamia, que podía considerarse a la familia como la forma celular de la sociedad civilizada en la cual se encuentran las contradicciones que alcanzan su pleno desarrollo en ella misma (8). Y es con el surgimiento de esta forma de familia monogámica y patriarcal que la vida social queda diferenciada en dos áreas: la pública y la privada, constituyendo esta última el ámbito específicamente destinado al género femenino. De ese modo, mientras que la producción de mercancías (la producción social) fue constituyéndose en una zona privativa de lo masculino, las actividades realizadas por la mujer en el seno de la familia quedaron reducidas a la reproducción biológica y la reproducción de la fuerza de trabajo consumida diariamente, es decir, la elaboración de valores de uso para el consumo directo y privado. Es esta división del trabajo determinada por el desarrollo socio-histórico la que conlleva en sí la constitución de subjetividades genéricas, y no hay nada de las diferencias sexuales anatómicas que explique y justifique la diferenciación jerarquizada de estas tareas. Relegadas, entonces, de la esfera pública las mujeres por consecuencia, fueron excluidas de la Historia que, tradicionalmente, ha focalizado los procesos de transformación social desde las instituciones y los actores ("hombres públicos") de las clases dominantes. Cuando intentó reivindicar el rol de la mujer en la historia, la historiografía académica recuperó la figura de algunas mujeres excepcionales. Vidas femeninas que merecerían un tratamiento destacado por el rol desempeñado en áreas propias del varón, como la política, la ciencia, la cultura, etc. Demás está señalar que tales mujeres pertenecían a las clases dominantes o a sectores acomodados de las clases medias. Hoy, entonces, frente a la tarea de reconstruir teóricamente las vinculaciones que existen entre género y clase, deberíamos preguntarnos como hiciera Annarita Buttafuoco: “¿Cuáles son las mujeres que, borradas o ignoradas por la historiografía tradicional queremos hacer emerger?” (9). Y con la guía de ese interrogante revisamos el pasado y el presente, descubriendo que en las guerras, las catástrofes naturales, las situaciones de crisis extremas y las revoluciones, las mujeres más silenciadas en la vida cotidiana, las mujeres de la clase obrera y los sectores populares, son protagonistas. “En todos aquellos momentos en que se rompe la continuidad, cuando aparecen las formas no programables de la historia, las mujeres reaccionan bien, en muchas oportunidades, con una presencia que deja de lado los compromisos domésticos.” (10). Fue ese el disparador de nuestro trabajo. De allí partimos para interrogar a las mujeres que, sometidas diariamente a la jornada fatigosa de las tareas hogareñas - "esclavas domésticas", como dijera Lenin-, un día rompen con la abrumadora cotidianeidad del trabajo invisible y se hacen presentes en los conflictos obreros, en las tomas de fábrica, en las huelgas, en las movilizaciones, impulsadas -aunque suene contradictorio a los oídos del feminismo vulgar del sentido común- por la necesidad de defender y resguardar a su familia del ataque del capital y sus agentes.

Notas: * Publicado en Revista Lucha de Clases N° 1 – Otoño / Invierno de 1997. Reproducido en la página web feminista La Morada.

1. HARAWAY, Donna: "Saberes situados: el problema de la ciencia en el feminismo y el privilegio de una perspectiva parcial", en "De mujer a género: Teoría, interpretación y práctica feminista en las ciencias sociales" (compiladoras Ma. Cecilia Cangiano y Lindsay Du Bois)

2. SCOTT, Joan: "El género: una categoría útil para el análisis histórico" en op.cit.

3. SANTA CRUZ, GIANELLA y otras: "Aportes para una crítica de la teoría de género", en "Mujeres y Filosofía: Teoría filosófica de género"

4. LERNER, Gerda: "The challenge of women’s history", en "The majority finds its past. Placing women in History" 5. NASH, Mary: "Nuevas dimensiones en la historia de la mujer", en "Presencia y protagonismo" (compiladora Mary Nash)

6. SANTA CRUZ, GIANELLA y otras: op.cit.

7. SCOTT, Joan: op.cit.

8. ENGELS: "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado"

9. BUTTAFUOCO, A.: "Historia y memoria de sí", en "Feminismo y teoría del discurso" (compiladora Colaizzi)

10. MENAPACE, L.: "Economia politica della differenza sessuale"

RESCATANDO LA HISTORIA DE DOS MUJERES LUCHADORAS: CARMELA JERIA Y BELEN DE SARRAGA

(Extracto del libro “Luchadoras”) Chile, Autora: Ana López

COLABORACION DE SANDRA LOPEZ, PERIODISTA Los comienzos del siglo XX marcan la época de la organización de la clase obrera chilena. Es una época heroica, llena de luchas, de experiencias y de organización. Donde se forma la conciencia de clase de la clase obrera chilena, donde nacen sus primeros partidos y organizaciones sindicales y políticas, como las Mancomunales, la Federación Obrera de Chile, en 1909 o la fundación del Partido Obrero Socialista en1912. Es la famosa clase obrera con “olor a pólvora” como la han definido algunos autores por su gran combatividad y heroismo. Chile se encontraba, a principios de siglo, consolidándose como país semicolonial dependiente, bajo el dominio directo de los intereses del imperialismo inglés. Por lo tanto, su estructura económica iba amoldándose a las necesidades de los grandes capitales imperialistas, los que aliados a los capitales en nuestro país, configuraron una estructura económica y social acorde a estas necesidades. Es así que nos encontramos con una economía primaria exportadora, dependiente casi en un 50% del salitre, el principal producto de exportación, y que le entrega al Estado chileno las rentas suficientes para el desarrollo de obras públicas e infraestructura, además de dinamizar otras áreas de la economía como el agro o el desarrollo de una incipiente industria. Hasta los años veinte, aproximadamente, se produce en Chile el llamado ciclo del salitre, que organizó la base económica del país, con las grandes explotaciones en manos de los monopolios imperialistas ingleses, aunando los intereses de éstos con los de la burguesía local agraria, industrial y financiera. Pero también este ciclo "cambió en parte la estructura social. Ante todo provocó un desplazamiento significativa de la población, especialmente campesina, que emigró del Centro- Sur, donde se generó un nuevo sector de la clase trabajadora, tanto de mineros como de obreros industriales, pesqueros, marítimos y ferroviarios." Interpretación marxista de la Historia de Chile, Luis Vitale, Santiago, Chile, Ed. LOM, pág. 40

Por lo tanto, Chile se fue organizando con una explotación capitalista alrededor de la minería, centralmente en el norte del país, y en el sur, alrededor de grandes latifundios. El imperialismo inglés, primero, y el norteamericano, después, serian los principales beneficiarios de la riqueza de Chile: el salitre, hasta la gran crisis económica y social de 1920 donde su explotación decae y se abre una enorme crisis de fin de ciclo –con su secuela de desocupados, aumento de precios, pauperización y miseria, etc.-, y el cobre después. Se trata de un periodo de entrega de las riquezas nacionales, y de gran dependencia del país respecto a las fluctuaciones del mercado mundial. Desde el punto de vista de las clases sociales, tenemos una burguesía centrada en el agro y el comercio, y en menor medida en la industria y las finanzas, aliada fuertemente a los intereses de los capitales imperialistas a los que se encontraba ligada. En cuanto a la clase obrera, como decíamos antes, nos encontramos en la época de su formación y centralización. No sólo por el ascenso de las luchas obreras, sino también por su desarrollo a nivel del proletariado minero, rural, industrial, y otros, que se va a desarrollar alrededor de grandes e importantes organizaciones, y del desarrollo de una conciencia clasista, por las propias condiciones de vida y explotación a las que la conduce el capitalismo. La brutalidad de la explotación patronal, y de la complicidad del Estado con sus instituciones, como las Fuerzas Armadas o la justicia patronal a su servicio, está graficado trágicamente en las grandes matanzas obreras que se provocan por estos años. En 1903 hay una huelga de gremios marítimos en Valparaíso. Aumento salarial y reducción de las horas de trabajo (que llegaban a doce o más) son algunas de las peticiones. La patronal chilena responde que no habrá concesiones. Pero ni siquiera tolera la posibilidad de la huelga: el Ejército y la policía son los encargados de terminar con la lucha, con un saldo fatal de al menos cincuenta obreros muertos. En 1905, los trabajadores y el pueblo pobre de Santiago protagonizan la llamada Semana Roja, en la que se toman las calles de la capital para rechazar el alza del costo de vida. Nuevamente, la respuesta del gobierno es el Ejército y la policía, pero también, la formación de Guardias Blancas, jóvenes de la burguesía, encargados de resguardar los intereses capitalistas. El resultado: entre trescientos y quinientos trabajadores asesinados. En 1906, esta vez en el combativo norte, en Antofagasta, concentración de obreros mineros, portuarios y ferroviarios. Los trabajadores organizan una huelga por aumento de salarios y descanso para almorzar. La patronal y el gobierno responden con su habitual intransigencia. Durante cuatro días, los trabajadores se toman las calles de la ciudad enfrentando la represión. Innumerables muertos y heridos son el resultado de la acción del Ejército y, nuevamente, las Guardias Blancas de la burguesía. Pero sin duda, una de los capítulos más trágicos en la historia de la clase obrera chilena, es la de la matanza de la Escuela Santa María de Iquique. En 1907, los trabajadores del norte venían de años de organización y preparación, de luchas y huelgas. También de explotación y abusos, de esclavitud laboral. Es así que comenzó a organizarse una gran lucha por que los salarios fuesen pagados en oro (y no en el depreciado papel moneda, ni menos en fichas que sólo podían cambiarse en los negocios de la Compañía salitrera). Además, se exigía seguridad y atención médica. De una en una, los obreros de las oficinas salitreras comienzan a entrar en huelga. El movimiento se extiende como reguero de pólvora. En pocos días, más de treinta oficinas salitreras y cuarenta mil obreros están parados, y deciden marchar hacia la ciudad de Iquique, a hablar con las autoridades. Al llegar a la ciudad, son ubicados en la Escuela Santa María, concentrándose miles de trabajadores y sus familias. El gobierno de Pedro Montt, envía barcos de guerra y al ejército para enfrentar a la multitud. Las provocaciones son constantes, pero el movimiento de los trabajadores está muy bien organizado. Chilenos, bolivianos, argentinos y peruanos. Incluso los cónsules de los países vecinos, avisados de la matanza, hacen gestiones para permitir que los obreros extranjeros abandonen la Escuela y vuelvan a sus países. Estos se niegan “manifestando que si había que morir, lo harían junto a sus compañeros chilenos” Chile: una dictadura militar permanente (1811 – 1999), Patricio Manns, Santiago, Chile, Ed. Sudamericana, pág. 114 .

En la tarde del 21 de diciembre de 1907, el general Silva Renard, a cargo de la operación, ordena abrir el fuego contra los principales dirigentes, luego, a la multitud de obreros y sus familias. La Cantata Santa María de Iquique refleja este episodio funesto para la clase obrera chilena: “Murieron/ tres mil seiscientos,/ uno tras otro. /Tres mil seiscientos mataron, /uno tras otro. La Escuela Santa María/ vio sangre obrera,/ la sangre que conocía/ sólo miseria. Serían/ tres mil seiscientos/ ensordecidos./ Y fueron tres mil seiscientos/ enmudecidos La Escuela Santa María/ fue el exterminio,/ de vida que se moría/ sólo alarido. Tres mil seiscientas miradas/ que se apagaron./ Tres mil seiscientos obreros/ asesinados. Un niño juega en la Escuela/ Santa María./ Si juega a buscar tesoros/ qué encontraría? A los hombres de la pampa/ que quisieron protestar,/ /los mataron como a perros porque había que matar. No hay que ser pobre, /amigo, es peligroso./ /No hay ni que hablar,/ amigo, es peligroso. Las mujeres de la pampa/ se pusieron a llorar/ y también las matarían/ porque había que matar.” Cantata Santa María de Iquique de Luis Advis, en: http://www.musica.cl/notas3/paisaje_30.htm

Pero la brutalidad patronal no se quedaría acá. Luego de la matanza, los obreros y familias que quedaron vivos fueron enviados en trenes al sur del país, trenes que se utilizaban para cargar sacos de salitre, sin barandas ni protección. Una vez más las Guardias Blancas, los jóvenes de la burguesía, baleaban a los viajeros. Con la matanza de Santa María de Iquique, se cierra un capítulo de ascenso de la clase obrera chilena, que durante un tiempo va a encontrarse en retirada, recuperando sus fuerzas de la derrota. La experiencia no va a se en vano Un par de años después, nuevamente retomaría su organización y su lucha, lo que se expresaría claramente, por ejemplo, en el nacimiento de la Federación Obrera de Chile en el año 1909, y que en el año 1920 daría un giro fundamental bajo la dirección de Luis Emilio Recabarren, quién a su vez fundaría en 1912 el Partido Obrero Socialista, buscando que la clase obrera contara con su propio instrumento político, y que a pesar de las limitaciones de su programa, que era más bien clasista y de defensa de los derechos obreros, fue una importante herramienta para los trabajadores. Esta primera etapa del movimiento obrero chileno, que dura hasta aproximadamente 1907, encuentra una clase obrera que enfrenta la ferocidad patronal, con la superexplotación laboral y la enorme represión, lo que lleva a que se consolide una conciencia de clases clasista y combativa. Los trabajadores se arman de organizaciones de lucha y combate, solidarias y activas. Desde mediados de 1800 hasta fines de siglo, se comienzan a organizar las Sociedades de Socorros Mutuos, que agrupaban básicamente a artesanos, obreros y empleados, hasta llegar a convertirse en federaciones provinciales y nacionales, aunque más tarde derivaron hacia planteamientos de reformar el capitalismo, ligándose al partido Democrático chileno.
En su reemplazo, y superando este primer momento, el movimiento obrero chileno va a formar las Mutuales y las Sociedades de Resistencia, con una orientación más visiblemente anticapitalista. En el caso de estas últimas, encontramos una influencia claramente anarquista en ellas, y se caracterizaban por su gran combatividad. Pero van a ser las Mancomunales las que van a agrupar a la mayoría de la clase obrera chilena. Como señala el historiador Luis Vitale, “se gestaron en una etapa de ascenso del movimiento obrero, estructurándose por gremio, por provincia y, finalmente, a nivel nacional; es decir, era una organización de trabajadores de carácter territorial.” Interpretación marxista de la Historia de Chile, Luis Vitale, Santiago, Chile, Ed. LOM, pág. 94

Editaban sus propios periódicos, y contenían en su seno tendencias socialistas, anarquistas y demócratas. La primer Mancomunal se forma en el año 1900 en Iquique, por los trabajadores portuarios, y su periódico se llamaba El Trabajo. En 1903 se forma otra Mancomunal, esta vez en Antofagasta, y más tarde comienzan a extenderse por todo el país, hasta que al año siguiente se realiza la primer Convención de Mancomunales, que representarían a unos veinte mil trabajadores. Es una época de lucha de clases bastante aguda, donde surge y se comienza a discutir la llamada “cuestión social” a nivel de la burguesía, los medios de comunicación y la iglesia. Los problemas de salud, el hacinamiento por la urbanización acelerada y la falta o miseria de las viviendas, las condiciones de superexplotación del trabajo, el alcoholismo, una altísima mortalidad infantil (de cada mil nacidos, aproximadamente trescientos morían a principios de 1900), eran sólo una parte de los graves problemas que vivía la clase obrera. Pero más aún, las luchas obreras y la cuestión social, se transformaron en una preocupación enorme para la burguesía chilena, por la amenaza que representaba que fueras los trabajadores los que comenzaran a plantear una política independiente, y que en los hechos, las huelgas y luchas en defensa de sus derechos apuntaban a enfrentar claramente la política patronal y del gobierno, y por la experiencia y el desarrollo que las organizaciones obreras iban alcanzando. Surge así, desde un sector de la patronal y sus partidos políticos, una política que intenta armonizar los intereses del capital y el trabajo, buscando algunas reformas menores a fin de evitar males mayores. Esto explica que entre el año 1986 y 1924 se dicten una serie de leyes sociales, como por ejemplo la Ley de Habitaciones Obreras o la “Ley de la Silla”, además de otras sobre los contratos laborales, los seguros y accidentes obreros, las organizaciones de trabajadores, sobre salud pública, etc., ante una clase obrera que era enormemente combativa y bastante organizada, y que tendía a identificar el origen de sus problemas, correctamente, con el capitalismo y sus enemigos de clase, la burguesía. El partido Democrático, fundado en 1887, fue uno de los primeros que buscó dar cierta respuesta a los problemas de la clase obrera. Este era un partido pequeño burgués, que “abogaba por algunas medidas democráticas en una nación semicolonial dominada por el imperialismo, tales como la promoción de la industria nacional mediante el proteccionismo, o un tibio reformismo social, pero que no alcanzaba a plantear, por ejemplo, la nacionalización de las salitreras ni la reforma agraria.” Historia Marxista del PC Chileno, Nicolás Miranda, Ed. Clase contra Clase.

Algunos sectores de trabajadores se incorporan a él, haciendo una experiencia con su política para, unos años más tarde, romper y formar el Partido Obrero Socialista, en el que se destacaría Luis Emilio Recabarren. Clase y género: surgimiento de las primeras organizaciones obreras femeninas Tal como en muchos otros lugares, el capitalismo en nuestro país utilizó el trabajo femenino e infantil para su provecho. La superexplotación, precariedad y bajos salarios, junto a la falta de derechos laborales y la baja calificación del trabajo, fueron una constante. Ya a mediados de 1800 había una importante cantidad de fuerza de trabajo femenina en actividades como lavandería, costureras, sirvientas, etc., y hacia fines del siglo XIX, comienzan a ubicarse en el naciente sector fabril. Las ramas más importantes en que se fue concentrando el trabajo femenino fueron la industria textil y la confección. En general, el salario femenino alcanzaba aproximadamente entre un cuarenta y un setenta por ciento del masculino. De la “regeneración del pueblo” a la huelga general, Sergio Grez Toso, Chile, Ed. Biblioteca Nacional, pág. 136

Las condiciones de explotación en que se encontraban las obreras durante esta época, se agravaban al no estar representadas por las organizaciones de artesanos y obreras existentes en la época, las que si bien explícitamente no rechazaban la incorporación de mujeres trabajadoras, más bien obviaban el tema. Se calcula que hacia 1910, un 23% de la mano de obra industrial era femenina. La primer institución de trabajadoras que surge en Chile, está asociada al mutualismo: la Sociedad de Obreras de Valparaíso, fundada el 13 de noviembre de 1887 por las costureras del taller “Casa Gunter”, y seria apoyada en sus inicios, por la Sociedad Filarmónica de Obreros de Valparaíso. La sociedad abría sus puertas a las obreras de la industria y el servicio y se encuentra presidida por la joven obrera Micaela Cáceres de Gamboa. Tomaba como modelo las sociedades de obreros existentes hasta el momento. La iglesia reaccionó con pavor ante la noticia, más aún al enterarse de que la sociedad prohibía tratar cuestiones religiosas en su interior, por lo que organizó, a su vez, “una Sociedad Católica de Obreras para que compitiera con la entidad femenina laica.” Idem anterior, pág. 600 Cuando al año siguiente se funda la Liga de Sociedades Obreras de Valparaíso, esta organización femenina de obreras va a ser una de las quince que la impulsen y compongan, siendo una de sus integrantes miembro de la directiva. El ejemplo de las obreras costureras de Valparaíso comenzó rápidamente a extenderse: en diciembre de 1887 las obreras de la confección en la ciudad de Santiago constituyen también una Sociedad de socorros mutuos, y unos meses después, en 1888, se funda la Sociedad de Socorros Mutuos “Emancipación de la Mujer” que buscaba “trabajar por el bienestar, el progreso y cultura de la mujer en Chile” Idem anterior, pág. 602, aunque tiempo después se vio obligada a cambiar su nombre por los resquemores que éste produjo, pasando a llamarse más tarde sociedad “Protección de la mujer”. Juana Roldán Escobar, una de sus principales dirigentes, fue una luchadora incansable por los derechos de los trabajadores y de la mujer, participando en la formación de un sinnúmero de sociedades y confederaciones, estimulando la participación de las obreras, la educación y la defensa de sus derechos. De aquí en más, en diferentes puntos del país se van estableciendo organizaciones de obreras, como en 1889 en Concepción, la Sociedad Ilustración de la Mujer. De aquí en adelante, veremos el recorrido de las sociedades mutualistas, hacia las organizaciones más claramente sindicales, como los gremios y sindicatos. Un aspecto importante del periodo, es que las organizaciones femeninas se van formando a la par de las instituciones de la clase obrera, ya sea tomando las mismas formas de organización, adecuando las instituciones a sus necesidades. Por lo tanto, una característica que de cierta manera marca el inicio de estas organizaciones, es que se encuentran ligadas a los problemas más generales de la clase obrera, y que intenta, tendencialmente, unir los temas de la mujer y el género, enfocados desde una perspectiva social más general: la lucha contra “el fanatismo religioso”, la “opresión masculina” y, especialmente, darle una conciencia clara sobre su responsabilidad social Mujeres que sueñan, Las organizaciones de pobladoras en Chile 1973- 1989, T. Valdés, M. Weinstein, Chile, FLACSO, pág. 35.

De todas maneras, el aspecto central es la lucha por los derechos de las trabajadoras, “sus reivindicaciones: disminución de la jornada de trabajo, contra la explotación. Sin embargo, desde temprano, se manifiesta o subyace la protesta por la condición de subordinación sexual” La mujer proletaria, Cecilia Salinas, Chile, Ed. Literatura Americana Reunida, pág. 17 Después de las primeras sociedades de socorros mutuos, comienzan a desplegarse las Mancomunales. Por primera vez, éstas manifiestan que “la mujer tiene derecho a solicitar su incorporación” Idem anterior, pág. 33 Las mancomunales tienden a incorporar la denuncia más económica, la opresión y explotación del capital, y a abogar por la unidad de los trabajadores. Eran la expresión de la combatividad de la clase obrera chilena. En 1903 nace en Valparaíso la Federación Cosmopolita de Obreras en Resistencia, que integra a costureras y obreras del calzado, que aboga por “la unión, el ahorro, el mejor y justo salario” y por la “emancipación y engrandecimiento de nuestro sexo” Idem anterior, pág. 35. Más tarde, la Federación va a pasar a integrar la Confederación de Trabajadores de Chile. Su presidenta, Clotilde Ibaceta. A comienzos del siglo XX, nacen en Santiago los gremios de mujeres. En 1906 ve la luz la Asociación de Costureras “Protección, Ahorro y Defensa”, integrada por cien socias. Su presidenta, Esther Valdés de Díaz, es una destacada obrera “corpiñera”. Según sus propias palabras “concluyó que con su trabajo el patrón ganaba el triple de lo que ella recibía como salario y su espíritu se sublevó”. Idem anterior, pág. 49 La Asociación luchaba por reglamentar las horas de trabajo, salario justo, descanso dominical, formar una biblioteca, instrucción de las obreras, entre otros puntos. La Asociación denuncia los brutales ritmos de trabajo, en el que las obreras debían trabajar turnos de hasta doce y catorce horas, y el abuso patronal, por el que un retraso en las horas de entrada o en la confección de alguna prenda, significaba el descuento de hasta una décima parte de su salario. Es por ello que se propone que la Asociación permita “defenderse del enemigo común: el Capital” y conocer “otro mundo, el de la instrucción” Idem anterior, pág. 51 Sólo en dos años, 1907 y 1908, surgen por lo menos unos veintidós sindicatos de obreras. Carmela Jeria: obrera y feminista Carmela Jeria era una obrera tipógrafa, “operaria durante cinco años de la Litografía Gillet en Valparaíso de donde fue expulsada por sus actividades sindicales” Idem anterior, pág. 61, entre ellas, haber hablado en un acto del 1° de Mayo. Y fue además, la fundadora de “La Alborada”, el primer periódico obrero feminista, de tirada bimensual, que aparece en Valparaíso, y se extiende más tarde a Santiago, y que saldría entre los años 1905 y 1907. Recabarren describe a esta obrera, luchadora de los derechos de los trabajadores y las mujeres, así: “novel guerrillera porteña que se eleva como chispa eléctrica entre las multitudes: Carmela Jeria (…) empuña con su brazo de atleta el Hacha de la Luz para derribar montañas de sombras que entenebrecen la mente humana.” Recabarren, Escritos de Prensa, Chile, Ed. Terranova, artículo “La Excursión de Propaganda II”, publicado en el diario El Proletario, de Tocopilla, el 21 de Octubre de 1905 En su primer número, en el mes de septiembre de 1905, Carmela Jeria escribe la editorial de La Alborada, en el que anuncia “Nace a la vida periodística La Alborada, con el único y exclusivo objeto de defender a la clase proletaria y más en particular a las vejadas trabajadoras. Al fundar este periódico, no perseguimos otros ideales que trabajar con incansable y ardoroso tesón por el adelante moral, material e intelectual de la mujer obrera y también por nuestros hermanos en sufrimientos”, y más adelante “Debe, pues, la mujer formar parte en la cruenta lucha entre el capital y el trabajo”. La editorialista propone que “Ardientemente deseamos que la mujer algún día llegue al grado de adelanto del hombre.” La Alborada, N° 1, “Defensora de las clases proletarias”, Septiembre de 1905, Editorial de Carmela Jeria Carmela Jeria aboga por la lucha de la obrera junto al trabajador, en contra del capital, pero también reconoce los problemas de la opresión de género que la mujer sufre. Lucha así por su independencia económica y espiritual, ofreciendo La Alborada como una tribuna de denuncia contra la explotación del trabajo y la opresión de género. Los primeros números de La Alborada salen en la ciudad de Valparaíso, interrumpiéndose por unos breves meses, y son retomados en Santiago, aunque con una importante modificación: ahora aparece como una publicación feminista, y de periodicidad semanal. Carmela Jeria fue una incansable luchadora por los derechos de la mujer y de los trabajadores. Junto a Recabarren, impulsora de la prensa obrera como arma de combate y denuncia al servicio de las obreras y obreros. Carmela Jeria es una propagandista de los derechos de los trabajadores y de la mujer, pero también le importa la educación, y rescatar a aquellas mujeres, que como ella, hicieron historia. Es así que escribe en su periódico sobre Eloisa Zurita de Vergara, rescatando su figura como una luchadora de los derechos de la mujer y de los trabajadores. Eloisa Zurita fue una escritora y periodista, que perteneció al Partido Democrático. Fundadora de la primera organización femenina de Antofagasta el 14 de enero de 1894, y que abogaría por la unidad de los trabajadores en contra del capital. En otro de sus artículos, Carmela impulsa a las obreras a participar del 1° de Mayo, recordando la gesta de “los proletarios de Chicago en pro de las 8 horas de trabajo, por cuanto actualmente una parte de la clase obrera de Chile está preocupada de obtener esta humana y necesaria garantía (…) ¡Que la celebración del presente 1° de Mayo sea el primer eslabón conquistado de la inmensa cadena con que nos tiene aherrojadas el Capital!.” Carmela Jeria, Artículo publicado en el diario La Palanca, publicación feminista de propaganda emancipadora, órgano de la Asociación de Costureras, como señala su directora, Esther Valdés de Díaz Y les recuerda a las obreras que su emancipación, parafraseando a Marx, será obra de ellas mismas. El ejemplo de La Alborada va a ser tomado por Esther Valdés de Díaz, quién en 1908 va a fundar el periódico La Palanca, de la Asociación de Costureras “Protección, Ahorro y Defensa”. Unos años más tarde, Esther Valdés va a tomar la dirección de La Alborada, donde los temas de género pasan a ser cada vez más importante, dejando los aspectos de clase en un segundo lugar. Además de su rol como propagandista obrera y de género, Carmela Jeria va a luchar por la necesidad de la organización de la clase obrera, participando en innumerables Congresos Obreros, estimulando la fundación de nuevas asociaciones y gremios. Además de esto, promueve la solidaridad y la unidad activa de la clase obrera, apoyando por ejemplo las diferentes huelgas que estaban aconteciendo en ese momento. En el año 1907, en sus notas de La Alborada, Carmela buscará formar una Academia o Centro de Estudios para las obreras de la sociedad y de otras asociaciones, con el fin de estimular su estudio y desarrollo intelectual. Va a denunciar también, a aquellos hombres que hablan de libertad y “del mejoramiento social e intelectual del pueblo, que toda la libertad que anhelan, será siempre un fantasma mientras la mitad del género humano viva en humillante esclavitud.” La Alborada, N° 29, Enero 27 de 1907, Publicación Feminista, Editorial de Carmela Jeria Su ejemplo de lucha iluminará por siempre a las trabajadoras que luchan y sueñan entre el Pacífico y los Andes.

Belén de Sárraga…

Belén de Sárraga nació en España el 10 de julio de 1837. Graduada de Medicina, desde joven adhirió a ideas libertarias y anarquistas. En este país, fundió la Asociación del Pensamiento Libre de Málaga, y dirigió varios años el periódico “La Conciencia Libre”. Desde joven se da cuenta de la opresión que vive la mujer, era admiradora de Louise Michel, y la consideraba una revolucionaria por el rol que ocupó en la Comuna de París. Critica ferozmente la imposibilidad de la mujer de acceder al voto, pero también se preocupa de denunciar la pobreza del trabajador rural y al latifundista, ávido de ganancias. Fue “perseguida por la monarquía española y procesada en numerosas ocasiones” Belén de Sárraga, Precursora del feminismo latinoamericano, Luis Vitale y Julia Antivilo, Chile, Ed. CESOC, pág. 33 por sus ideas, e incluso fue objeto de dos atentados de muerte. Entre sus muchas actividades se dedicó a recorrer América latina, viajando por Uruguay, Argentina, Chile y otros países, buscando difundir las ideas del feminismo y la organización de la mujer, junto a la denuncia feroz a la Iglesia. En 1913 Belén llega a Chile desde Perú, invitada por el Partido Radical y los masones. Pero es la invitación de Luis Emilio Recabarren y sectores socialistas, quiénes la convidan a recorrer el norte y sur del país. Recabarren, quién ya había fundado el Partido Obrero Socialista, en su periódico El Despertar de los Trabajadores, escribe una serie de artículos sobre Belén de Sárraga, e incluso le dedica varios poemas. El dirigente obrero chileno, desde muy temprano había abogado por la organización de las mujeres, demostrando una especial preocupación y sensibilidad hacia los problemas de género. Las Conferencias de Belén de Sárraga provocaron un gran revuelo en Chile, y la movilización de los sectores conservadores y de la Iglesia Católica, incitando a “sus partidarios a sabotear sus conferencias e inclusive realizar actos de violencia, que fueron repelidos por los miles de simpatizantes de Belén.” Idem anterior, pág. 67 En sus conferencias, Belén hablaba sobre la mujer, la familia, la religión –era una gran anticlericalista- la democracia, el porvenir de América, y otros temas. Denunciadora implacable de la Iglesia, mostraba como ésta no sólo ha frenado el desarrollo de los pueblos, sino ha dejado a la mujer en la más grande opresión, denunciando por ejemplo, que en un Concilio católico, en que se discutió si la mujer tenía alma, la posición a favor ganó sólo por dos votos: “Si aquellos congresales, pro enfermedad o por la muerte de un pariente o por cualquiera otra causa hubieran llegado un poco más tarde, las mujeres nos quedábamos sin alma” Idem anterior, pág. 73, denunciaba con ironía. Si bien su pensamiento se centraba en la denuncia a la Iglesia, hablando de la paz en general, la democracia (sin denunciar su contenido de clase), de la moral o la educación, sin ver de fondo el problema del sistema capitalista, y la necesidad de la lucha por un partido de la clase obrera, con independencia de clase, que pudiera luchar por la transformación de las bases de la sociedad, su acusación sobre la opresión de la mujer, y el aliento a la organización de las mujeres tuvo una enorme importancia en el Chile de estos años. Belén visitó en el norte varias ciudades, y en Iquique, tras su visita, sus conferencias sobre la necesidad de la lucha por la emancipación de la mujer, van a impulsar la formación del Centro Femenino Belén de Sárraga, que entre otras cosas se compromete a “no tener ninguna relación ni directa ni indirecta con el clericalismo y sus instituciones” Idem anterior, pág. 73, invitar a otras mujeres al Centro, etc. Posteriormente, su visita a Antofagasta trae los mismos resultados, lo mismo que en otra gran cantidad de ciudades que visita. Estos centros luchaban “por el laicismo, contra la carestía de la vida, por el derecho al descanso dominical de las obreras, contra el alcoholismo de los sectores populares y, por la emancipación de las mujeres y contra el machismo”, http://revistapolis.cl/9/belen.doc funcionando aproximadamente hasta 1918. Su segundo viaje a Chile se produce en 1915, y nuevamente los sectores conservadores y la Iglesia Católica impulsan un boicot. Los resultados del viaje son parecidos al primero. Su rastro se pierde después de esto. Son estas primeras experiencias, las que van a ligar los problemas de la explotación de clase y los problemas de la opresión de género, en el que muchas y destacadas obreras y mujeres en general, van a comenzar a luchar por transformar sus condiciones de existencia. Experiencias que van a continuar en diferentes momentos de la historia de nuestro país, y que necesitamos retomar en la actualidad.